Los superrayos son tan raros como potentes. Ahora, un nuevo estudio reveló por qué estas increíbles sacudidas de tensión pueden contener hasta mil veces más energía que los rayos normales. Más, los autores de investigación lograron explicar por qué en algunos lugares los superrayos aparecen con mayor frecuencia.
Cuando golpean superrayos, que representan menos del 1% de todos los rayos, pueden causar graves daños a edificios y barcos en el mar. Estos nuevos descubrimientos deberían ayudar al permitir identificar dónde es probable que caigan los rayos supercargados.
Un grupo de investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén, en Israel, y de la Universidad de Washington analizaron los datos de los rayos que cayeron en todo el mundo entre 2010 y 2018, a través de la Red Mundial de Localización de Rayos de sensores de radio.
El equipo relacionó una serie de datos con la intensidad de los rayos, como la altura de la superficie terrestre y acuática, la altura de la zona de carga, las temperaturas a distintos niveles de las formaciones nubosas y las concentraciones de aerosoles (partículas diminutas) en las nubes. Aunque estudios anteriores habían analizado estas relaciones, nadie había reunido antes una imagen global como ésta. Contradiciendo investigaciones anteriores, el equipo no encontró una asociación entre los superrayos y la mezcla de aerosoles, como el polvo del desierto.
De todos modos, el descubrimiento crucial es el siguiente: cuanto más cerca está la zona de carga eléctrica de una nube de tormenta de la superficie de la tierra o del océano, más probabilidades hay de que se produzcan superrayos. Esa zona de carga es el área superior de la nube donde se produce la electrización.
Los resultados coinciden con anteriores investigaciones que identificaron el Océano Atlántico Nororiental, el Mar Mediterráneo y la meseta del Altiplano que atraviesa Perú y Bolivia como lugares donde se registraron superrayos con mayor frecuencia. Todas estas regiones tienen distancias cortas entre las zonas de carga y sus frías superficies oceánicas o montañosas de gran altitud.
Esto se explica por el hecho de que la zona de carga se genera por encima del nivel donde la temperatura del aire es de 0 °C. El aire frío sobre el océano acerca el nivel de 0 °C a la superficie, y las montañas de mayor altitud obligan al aire a subir, lo que lo enfría y acerca el nivel de 0 °C a la superficie. La idea es que a menor distancia, menor resistencia eléctrica y, por tanto, mayor corriente y rayos más intensos.
Sin embargo, los científicos necesitan seguir investigando este fenómeno y averiguar si el calentamiento del planeta se traducirá en más o menos rayos supercargados, y cómo influirán los cambios de temperatura y humedad. De hecho, el equipo está deseoso de seguir investigando otros factores que podrían influir en la formación de superrayos, como los cambios en el ciclo solar o el campo magnético de la Tierra.
Fuente:https://sputniknews.lat
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