Desde hace más de 35 años, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) entrena en sus instalaciones a perros rescatistas que han hecho labores de búsqueda y rescate en el país latinoamericano y el extranjero.
Con ejercicios de obediencia, olfato, escenarios de desastres y obstáculos, la Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Personas (K9), grupo que pertenece a la Dirección General de Análisis, Protección y Seguridad Universitaria (DGAPSU) de la UNAM, entrena actualmente a una treintena de perros, la mayoría pertenecientes a estudiantes de la universidad.
En entrevista con Sputnik, el coordinador de esa unidad de animales, Julio Velázquez Rodríguez, recuerda que fue creada en 1986, un año después del terremoto que dejó a la Ciudad de México devastada y ocasionó la muerte de miles de personas.
“Así nace la idea, con los veterinarios de aquel entonces en la Facultad, al ver la carencia de unidades caninas formales, coordinadas y que no existían en México”, narra.
Los perros y personas pertenecientes a las K9 entrenan en las instalaciones de la Ciudad Universitaria, el plantel central de la UNAM, en donde con ayuda de las autoridades de la universidad sus voluntarios y donaciones han logrados crear escenarios propios para sus entrenamientos.
El escenario de entrenamiento cuenta con un túnel de 50 metros de longitud, con cinco módulos de aproximadamente un metro de diámetro en los que cabe una persona para poder recrear la ayuda a las víctimas bajo tierra.
En el lugar también hay una torre metálica en la que los perros practican subida de escaleras angostas y de caracol, normalizan los sonidos y se los aclimata para que no tengan miedo a las alturas ni a los traslados a rapel.
“El lugar está diseñado para que los perros adquieran ciertas experiencias. [La torre] es un lugar elevado, metálico y que hay movimiento y ruido, lo cual no es sencillo que un perro lo afronte”, explica el coordinador de la K9.
De acuerdo con datos de la UNAM, alrededor del 80% de las unidades caninas del país han visitado el simulador de la universidad para hacer más eficientes sus capacidades de rescate, entre esos equipos están: la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaria de Marina, además del equipo del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas de la Ciudad de México.
Para que los perros puedan operar, necesitan una certificación externa de la Organización Internacional de Perros de Rescate (IRO), título que solo tienen los binomios de la UNAM.
¿En dónde han ayudado los héroes caninos?
El terremoto del 2017 en México, el desgajamiento del cerro del Chiquihuite (2021), la explosión del hospital materno-infantil en Cuajimalpa, en 2015, así como la explosión que se registró en la torre de Petróleos Mexicanos (Pemex) en 2013, son algunos de los escenarios en donde los canes de la K9 han ayudado en la búsqueda y rescate de víctimas.
“Nuestra labor se enfoca en círculos concéntricos, incluso también en la universidad”, explica Velázquez Rodríguez, quien agrega que una de las finalidades de la K9 es estar a disposición de quien así lo requiera, por ello los canes han participado también en labores de rescate de personas que se han perdido en montañas y cerros.
Pero estos perritos no solo han sido héroes en la CDMX, pues dentro de sus labores han acudido a otros estados, como Coahuila, en donde en 2004 el río Escondido se desbordó, cobrando decenas de vidas, y el huracán Paulina, uno de los más recordados en México debido a los desastres que dejó en 1997 principalmente en el sur del país latinoamericano.
Asimismo, en 2011 la Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Personas de la UNAM participó en las labores de emergencia tras el tsunami de 2011 que devastó Japón.
Todos los perros (y sus humanos) pueden ser héroes
La K9, subraya Julio, no tiene requisitos de razas ni edad para que los perros se unan a sus filas, pues con un buen entrenamiento, considera, todos los canes pueden ser útiles para laborar en situaciones de emergencia.
“La gente viene porque tiene ganas y tratamos de mantener ese sentimiento universitario de apoyo”, apunta. “No nos fijamos en eso [raza, edad, complexión] porque lo que queremos conservar es la parte de los chicos [estudiantes] que tienen ganas”, abunda.
Y es que, explica, una parte esencial del entrenamiento es el trabajo humano, pues los tutores de los canes se preparan para poder tener una proyección “más allá del perro”. Aunque sus canes no tengan ciertas habilidades, los acompañantes humanos pueden ser un soporte para perros más aptos.
Fuente:https://sputniknews.lat
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