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México, el país que ha sabido navegar “entre dos aguas” con Israel y Palestina

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México ha mantenido lazos tanto con Israel como con Palestina desde hace décadas y, sin importar cuál sea el partido político gobernante, ha mostrado una postura neutral sobre las tensiones que se suscitan en esta región de Oriente Medio.

Aunque estos vínculos se fomentaron desde mediados del siglo XX, el Estado mexicano no reconoce a Palestina como una nación independiente.

De algún modo, la relación entre México y ambos entes es “un poco ambigua”, dice en entrevista con Sputnik del doctor en ciencia política por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Zidane Zeraoui El Awad.

Por un lado, observa, “el país latinoamericano condena las acciones de Israel y la ocupación de Palestina. Pero, por otro, Israel ha sido, durante mucho tiempo, el principal socio comercial de [la nación latinoamericana] en Oriente Medio”.

En ese sentido, el experto mexicano de origen argelino destaca que uno de los principios más importantes de la política exterior mexicana es la defensa de la autodeterminación de los pueblos.

Y es que, a decir Zeraoui El Awad, el Gobierno México ha sabido “caminar entre dos aguas” ante la tensa y “muy delicada” situación palestino-israelí. “Es uno de los pocos países que lo ha logrado”, afirma.

En este sentido, otro especialista, el exdiplomático mexicano en El Cairo y doctor en derecho internacional por la UNAM, Juan Manuel Portilla Gómez, asegura a Sputnik que la cercanía, al menos en materia comercial y diplomática, ha sido mayor con Israel que con Palestina.

Poco después de que “Israel es admitido en la ONU [en 1949], México mantiene relaciones diplomáticas con él (1952); lo reconoce como Estado. Ambos tienen embajadas en sus territorios”, expone.

Una unión de antaño

Tras la formalización del vínculo entre México e Israel a inicios de la década de 1950, la unión se fortaleció paso a paso. Según la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) mexicana, tan solo en el periodo de enero a junio de 2022, el comercio entre ambas naciones sumó 558 millones de dólares.

En la actualidad, la nación liderada por Benjamín Netanyahu es la principal socia de México en Oriente Medio, mientras que el país hispanohablante es el segundo socio comercial latinoamericano de Israel.

“Los principales productos mexicanos de exportación a Israel son automóviles de turismo; teléfonos, incluidos los teléfonos celulares; vehículos para el transporte de mercancías; unidades de memoria, y unidades de proceso”, se lee en el sitio web de la Cancillería.

Por otro lado, los principales productos de importación desde Tel Aviv son productos farmoquímicos, medicamentos, equipo médico, procesadores y controladores; circuitos modulares; unidades de control o adaptadores, y placas, láminas, hojas y tiras de plástico.

Buenas relaciones comerciales

Estos avances fueron posibles debido a que, en el año 2000, ambos países firmaron un Tratado de Libre Comercio (TLC).Parte del éxito de la relación comercial entre las naciones es por la comunidad judía que existe en el país latinoamericano.

Si bien la llegada de población que profesa esa religión data desde la Nueva España, fue desde las primeras décadas del siglo XX que su distribución a lo largo del país, especialmente en la Ciudad de México, ayudó a la prosperidad y desarrollo de zonas como La Merced o colonias como Roma, Condesa y Polanco. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hay 58.876 personas que profesan el judaísmo en México.

Empresarios como Rafael Kalach Mizrahi, presidente de Grupo Kaltex; Moisés El-Mann Arazi, presidente de Fibra Uno y Grupo-E, y Bernardo Lijtszain Bimstein, presidente de Grupo Traxión, son algunos empresarios judíos del sector empresarial, incluidos en la lista de los 100 hombres de negocios más importantes de México en 2021 de la revista Forbes.

Además, existen 420 empresas a las que la comunidad judía les ha otorgado el certificado Kosher, entre las que se incluyen trasnacionales como Nestlé, Bimbo, Lala y Maseca.

No todo ha sido color de rosa

A pesar de este desarrollo, también han existido tensiones. Uno de los episodios de ese tipo fue el del uso del programa israelí Pegasus para espiar a periodistas y activistas mexicanos. Si bien el software era empleado desde 2011 en territorio mexicano, el escándalo se dio a conocer entre 2016 y 2017.

Otros dos momentos complejos en este vínculo se derivaron de la presencia del escritor y conferencista mexicano Andrés Roemer y del extitular de la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República (FGR), Tomás Zerón, en Israel. Ambos son buscados por las autoridades mexicanas por diversos crímenes. El primero, por presuntamente cometer delitos sexuales contra más de 60 mujeres, y el segundo, por su probable participación en el caso Ayotzinapa.

El problema en ambos casos es que no existe un convenio de extradición entre las naciones. Sin embargo, esto podría modificarse pronto. El pasado 1 de octubre, y tras diversas peticiones por parte del Gobierno mexicano, Roemer fue detenido en Tel Aviv.

A raíz de este evento, la embajadora de Israel en México, Einat Kranz Neiger, señaló que las autoridades israelís consideran que existen suficientes pruebas para juzgarlo.

Otro momento importante fue cuando México no cambió su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, como Israel incentivó en sus relaciones internacionales durante décadas, recuerda el docente Zeraoui El Awad.

Lazos amistosos con Palestina, pero no formales

La relación entre México y Palestina es más simbólica y apegada a la política exterior del país latinoamericano, el cual apuesta a la amistad entre las naciones. En 1947, el Estado mexicano fue uno de los 10 países que se abstuvieron de votar respecto al Plan de las Naciones Unidas para la partición de Palestina.

Pero no fue hasta el sexenio del entonces presidente de México, Luis Echeverría (1970-1976), que se dio un acercamiento con esa región, especialmente en la recta final de su mandato, cuando el mandatario se reunió con el jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat.

Después del encuentro, en 1975 se estableció la primera Oficina de Información de la OLP en territorio mexicano que, 20 años más tarde, se convirtió en Delegación Especial. Esta se convirtió en embajada en junio de 2023.

Pero este desarrollo diplomático ha sido lento. En 2012, México votó a favor de Palestina para que pudiese ser Estado observador no miembro de Naciones Unidas. Un año después, por primera vez en la historia de la relación bilateral, un representante palestino presentó oficialmente sus cartas credenciales al mandatario mexicano en turno, Enrique Peña Nieto (2012-2018).

“Por su parte, el Gobierno de México estableció una Oficina de Representación ante la Autoridad Nacional Palestina en Ramala, Cisjordania, en julio de 2005. Ello fue en concordancia con los términos del Acuerdo Interino Israel-Palestina sobre la Franja de Gaza y Cisjordania de 1995, y su trabajo se inició mediante la promoción económica, cultural, educativa y científica”, refiere el sitio web de la dependencia mexicana en territorio palestino.

Si bien no existen tratados comerciales entre ambos entes, sí hay un vínculo de cooperación. Por ejemplo, tras la operación terrestre Plomo Fundido (27 de diciembre de 2008-18 de enero de 2009), México donó 50.000 dólares al Programa Mundial de Alimentos (PMA), con el fin de ayudar a 365.000 palestinos, entre ellos, 50.000 niños.

“El 12 de octubre de 2014, México estuvo presente en la Reunión de Donadores de El Cairo, Egipto, para la reconstrucción de Gaza, ocasión en la que se hizo pública la decisión mexicana de efectuar una donación extraordinaria de 1.1 millones de dólares (…). Además, [el país latinoamericano] otorga de forma anual una contribución voluntaria al Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (UNRWA, por sus siglas en inglés)”, señala la Oficina de Representación mexicana en Palestina.

Otros asuntos en los que Palestina y México trabajan son en aspectos de salud, electorales y de estadística. Algunos “proyectos bilaterales que actualmente son analizados por ambas partes se refieren a Acuerdo de Cooperación Técnica, el MdE en Consultas Políticas, los memoranda de entendimiento entre AMEXCID (Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo) y su homóloga PICA, y el relativo a temas judiciales”, refieren autoridades mexicanas.

¿Cambios a la vista?

Los especialistas señalan que, a pesar de la escalada de tensiones en el conflicto palestino-israelí y que se desconozca el paradero de al menos dos mexicanos, a quienes la Cancillería identificó como posibles rehenes del movimiento Hamás, la relación del país latinoamericano con esa región no cambiará y México tampoco modificará su posición neutral.

Sobre este último punto, Portilla Gómez expresa que se puede leer en dos sentidos. El primero es que a la nación latinoamericana no tenga un fuerte interés en la región y, el segundo, es la relevancia de la comunidad judía en el país.

“Un poco pesa el lobby judío y el disgusto que pudiera representar a Israel [el apoyar a Palestina]. Por ejemplo, ha habido votaciones en las que México ha participado en la ONU respecto a cierto temas (…). En 1975, hubo una resolución sobre el sionismo, que fue definido como una forma de racismo y México votó a favor. Esto trajo una serie de sanciones y disgusto por parte de Israel, a grado tal que el entonces canciller tuvo que disculparse”, indica.

En este sentido, el doctor en derecho internacional por la UNAM considera que México debería impulsar aún más el llamado a la resolución del conflicto y a la paz, así como al reconocimiento de Palestina como un Estado independiente, a la par de condenar las acciones que pudiesen realizar las fuerzas israelíes.

Al respecto, Zeraoui Awad señala la postura de México siempre dependerá del Gobierno en turno.

“La posición del presidente Andrés Manuel López Obrador es mucho más radical de lo que fue anteriormente (…). Aunque, en sus conferencia, ha tomado una posición, aparentemente, más cercana a la causa palestina y eso definitivamente ya está chocando a Israel porque no es la postura tradicional de México”, pondera.

Fuente:https://sputniknews.lat

Foto: Tomada de https://twitter.com/HoyPalestina

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