Montevideo.- La selección uruguaya de fútbol derrotó a Brasil por 2-0 en la noche del martes y cortó una racha negativa de más de 20 años que fue celebrada por las 52.477 almas que colmaron el Centenario desde bien temprano.
Con goles de Darwin Núñez, a los 42 minutos del primer tiempo, y Nicolás de la Cruz, a los 75, la celeste se dio el gusto de ganar uno de los clásicos sudamericanos más importantes, al tiempo que se colocó en el segundo puesto de la clasificación y le da al entrenador argentino Marcelo Bielsa su primer triunfo de peso desde que asumió.
Uruguayos y uruguayas comenzaron a vibrar con su clásico futbolero favorito incluso antes de entrar al mítico escenario. En el ingreso de la tribuna Amsterdam, esa que desde temprano, y hasta el final de la jornada, exhibió una ya clásica bandera que reza: “Gloria celeste”, hinchas de todas las edades entraron a paso apurado.
La mayor de esas glorias fue justamente frente a Brasil en el Maracaná de Río de Janeiro el 16 de julio de 1950, cuando la celeste ganó de atrás su segunda Copa del Mundo y enmudeció a uno de los dos gigantes de Sudamérica.
La expectativa era lógica. El andar del equipo en la recién comenzada eliminatoria es promisorio, todo lo contrario a lo que sucede en la vereda de enfrente. Pero, claro, los antecedentes no eran los mejores.
El 1 de julio de 2001, el “Pelusa” Federico Magallanes recibió una pelota a la salida de una ley de ventaja; cedió para el “Chino” Álvaro Recoba que, tras una excelente jugada, recibe la falta de Cafú que el propio Magallanes cambió por gol.
Esa fría tarde, ninguna de las más de 60.000 personas que colmaron el Centenario sabía que sería la última victoria frente a Brasil. Hasta ahora, en una nueva noche fría.
Ezequiel Pérez Frías, licenciado en comunicación de 60 años, es uno de esos que entró confiado al estadio. Cree que Bielsa puede aportarle muchas cosas al combinado uruguayo.
“Es un técnico bastante controvertido, pero con experiencia internacional, una impronta de jugar al ataque y hacer los cambios a tiempo, creo que hay plantel”, afirma.
El hombre, que apuraba el paso para encontrar una buena ubicación en la tribuna, entiende que la sequía contra Brasil se debía, en parte, a “una cuestión de disciplina, ordenamiento táctico y recambio”. “Pero, sobre todo, que tenemos un mercado muy chico y necesitamos permanentemente exportar jugadores, que tienen muy poco tiempo para entrenar y, luego, frente a potencias mundiales, pasan estas cosas”, añade.
Otro que se mostraba confiado fue el el tiktoker Guillermo Parado, conocido en esa red social como “Guille Fútbol”.
“Creo que siempre Brasil ha tenido mejores equipos y además para Brasil es un plus jugar contra una selección como Uruguay, creo que lo motiva un poco más. Para Brasil no es lo mismo jugar contra Perú y otros equipos. Creo que hay pocos partidos en los que Brasil dice ‘acá hay que ganar de verdad’, y cuando Brasil quiere ganar de verdad, se complica”, responde al ser consultado por la racha en contra.
El desarrollo del partido parecía darle la razón a los hinchas que, confiados, colmaron el primer estadio mundialista. Cómo si supieran de antemano que esta sí era la noche indicada.
Sobre el final del primer tiempo, una corajeada de Maximiliano Araújo le regaló al partido un gol con el sello de Bielsa: desborde por la punta, centro al punto del penal y la cabeza de Darwin Núñez para poner el 1 a 0 y provocar el estallido de los cuatro costados del estadio.
El resultado era justo, Uruguay fue el equipo que tomó la iniciativa desde el primer minuto de juego, intentó agredir al arco rival con mayor decisión y puso a la defensa brasileña en aprietos, sobre todo al marcar la salida con dos o tres hombres.
La hazaña era posible, sobre todo, cuando Neymar Jr. abandonó el campo por lesión. Brasil se quedaba sin su mejor hombre y el final del primer tiempo se dio con una mezcla de sensaciones. Confianza por un lado, ansiedad para que termine el match, por el otro.
A los 75, ya en un complemento donde Uruguay mantuvo el control del juego, el mediocampista de River Plate, Nicolás De la Cruz, volvió a empujar la pelota a la red, justo cuando la victoria se plasmaba no sólo en el resultado, sino también en el juego. Así también lo vio el entrenador del “scratch”, Fernando Diniz, quien minutos antes cambió a ambos laterales, un síntoma que siempre es preocupante para un equipo brasileño.
El “ole, ole” comenzó a bajar de las tribunas mientras la celeste le tocaba la pelota a su rival, con clara superioridad y controló el destino de un partido que deja mucho más que tres puntos. El tradicional grito de guerra “¡Uruguay nomá!” se escuchó como un coro un segundo después del silbatazo final del árbitro venezolano Herrera Hernández aunque algunos, apurados por cortar una racha histórica y confiados por el andar del equipo, se dieron el gusto de celebrar antes de tiempo.
Fuente:https://sputniknews.lat
Foto: Tomada de https://twitter.com/Uruguay
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