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Feria Internacional del Libro de Guadalajara rinde homenaje a Quino, creador de Mafalda

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Ciudad de México.- Un homenaje al humorista gráfico argentino Quino, seudónimo de Joaquín Salvador Lavado Tejón, fue celebrado la noche del domingo para conmemorar los 60 años de Mafalda, su personaje más conocido en el mundo, en el arranque de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

“Lo que Quino reflejó siempre fue un punto de vista filosófico. No es una historieta para niños, como ustedes pueden comprobar, es una historieta con niños”, dijo el editor Daniel Divinsky, quien publicó al personaje desde 1970.

El homenaje fue una conversación del editor argentino, socio fundador de la reconocida Ediciones de la Flor, en uno de los primeros eventos de la feria de libros más grande del mundo por número de visitantes, que comenzó el fin de semana y es segunda en representación editorial después de la de Fráncfort.

Lo que hay en los relatos de Mafalda es “una especie de epigrama, hay pocos acontecimientos, un desarrollo que termina en un remate final que es una frase graciosa, pero al mismo tiempo, llena de contenido”, reseñó Divinsky.

El editor relató que conoció a Quino antes de editarlo, cuando iba a comer a su casa, y se dio un trato amable, pero que él no creyó que concluiría en una amistad.

Recordó que incluso pisó la cárcel y conoció el exilio en 1977, y a pesar de ello continuaron su relación editorial, lo que permitió la subsistencia del negocio, indica la reseña difundida por la Feria Internacional de Guadalajara, segunda ciudad del país.

CONVERSATORIO SOBRE MAFALDA

El escritor, periodista mexicano y promotor de la lectura Benito Taibo, comenzó el conversatorio con una evocación de las conocidas anécdotas de Mafalda: “Si a alguien le gusta la sopa, que por favor salga de la sala”, advirtió al público.

El homenaje, titulado “Mafalda, la tira cómica que cambió al mundo”, conmemora las seis décadas del nacimiento del personaje, publicado bajo ese nombre entre 1964 y 1973 por el humorista gráfico e historietista argentino, nacionalizado español.

La conocida niña reflexiva nació en 1963 como personaje de una campaña publicitaria para la empresa de electrodomésticos Siam Di Tella.

Divinsky publicó la historieta desde 1970 en su editorial, donde llegó a editar hasta 200.000 ejemplares de cada tomo de Mafalda.

Pero al comienzo era una tira cómica de una familia conformada por padre, madre e hijo y donde aparecía en algunas ocasiones una hija de nombre Mafalda, que al principio se parecía al personaje Periquita, si bien Quino la desconocía, relató Divinsky.

La campaña no se publicó, pero posteriormente los editores le pidieron las tiras para publicarlas en un periódico y después se recopilaron en un libro.

Así comenzó un fenómeno literario donde se dividieron los derechos para su edición en Argentina, México y España, y actualmente son más de 30 idiomas en los que se ha publicado.

La excepción al principio fue publicarla en inglés, hasta que apareció un editor en la oficina del editor en Buenos Aires, relató.

“Soy el gerente de la editorial de libros de Escolastic, libros educativos para niños, yo me crie en Buenos Aires, sé lo que es Mafalda, voy a conseguir que en Estados Unidos se publique en inglés”, propuso el empresario a Divinsky.

Pasaron los meses y el gerente fue trasladado de Nueva York a Londres y después le envió al editor argentino la reproducción de una carta donde el jefe del departamento de comercialización le respondió a su solicitud de publicación: “Mafalda es demasiado sofisticada para los niños norteamericanos”, decía la misiva.

Taibo advirtió que si un lector abre cualquiera de los tomos de Mafalda en alguna de sus páginas, puede descubrir una indubitable verdad: “La imbecilidad humana no tiene fecha de caducidad. Mafalda, frente al globo terráqueo, poniéndole una curita a la Franja de Gaza, ¿les suena a algo?”, dijo.

Divinsky lamentó lo mismo que Quino, que décadas después de haber creado a su personaje, el caricaturista veía con mucha decepción que sus tiras aún tuvieran vigencia, siendo que habían sido dibujadas mucho tiempo atrás.

“Quiere decir que no sirven para nada, que no cambió nada, que todo sigue igual. Si siguen causando esa especie de gracia reflexiva es porque no sirvieron para nada”, recordó.

Quino era “profundamente pesimista”, puntualizó el relato del editor argentino. 

Fuente:https://sputniknews.lat/

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