Ciudad de México.- La economía mexicana cerrará este año con un crecimiento de 3,4 por ciento, según el informe de noviembre de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), publicado este miércoles.
La nueva estimación de la OCDE para México aumenta en una décima su pronóstico anterior, que atribuye al mejor desempeño del consumo interno y la inversión extranjera que llega por la relocalización de las cadenas productivas de empresas extranjeras (“nearshoring”).
“El consumo estará apoyado por un fuerte mercado laboral; la inversión estará respaldada por proyectos públicos de infraestructura, que se espera que estén terminados para 2024, y por el “nearshoring” o relocalización de cadenas de valor”, explica el informe del organismo internacional que reúne a 38 grandes economías.
La estimación del producto interno bruto (PIB) para la segunda economía latinoamericana se mantiene para el año próximo 2024 en un avance del 2,5 por ciento, misma previsión del informe mensual anterior de la OCDE.
El organismo publica por primera vez una proyección para el desempeño de la economía mexicana en 2025, que es de 2,0 por ciento.
El ajuste al alza del pronóstico de la OCDE para este año está en sintonía con las estadísticas oficiales publicadas el 24 de noviembre pasado, que reportaron un crecimiento del PIB de 1,1 por ciento en el tercer trimestre de 2023 -que fue mayor a la estimación oficial preliminar-, y un 3,3 por ciento interanual.
FACTORES DE CRECIMIENTO Y RETOS
La economía del país latinoamericano está integrada al libre comercio de Norteamérica, sin embargo las ventas al exterior -que en más de 80 por ciento se destinan a EEUU- se verán limitadas por el mercado de ese país.
“El dinamismo de las exportaciones se verá mitigado por un crecimiento más moderado en Estados Unidos”, anticipa la OCDE.
El análisis destaca el crecimiento de las exportaciones y la producción manufacturera mexicana, “que se han mantenido sólidos”, particularmente en el sector automotriz, que aporta la cuarta parte de las exportaciones.
Por otra parte, el pronóstico para la inflación es que retrocederá a un 3,9 por ciento en 2024 y a 3,2 por ciento en 2025.
Ese comportamiento del indicador de precios al consumidor estaría dentro de la meta de las autoridades monetarias mexicanas por primera vez desde la pandemia de covid-19, que es un rango de dos a cuatro por ciento anual.
No obstante, para garantizar que la inflación disminuya de manera duradera hacia su objetivo inflacionario, la OCDE recomienda que la política monetaria siga siendo restrictiva (la tasa de interés de referencia está en su máximo histórico de 11,25 por ciento).
“Dirigir los aumentos del gasto social a los hogares de bajos ingresos y basar los proyectos de inversión pública en un análisis sólido de costo-beneficio aumentaría la eficiencia del gasto público y mitigaría los riesgos inflacionarios”, agrega el informe.
Asimismo recomienda evitar la incertidumbre en las inversiones extranjeras, incluido el sector energético, donde empresas extranjeras norteamericanas han presentado demandas internacionales por supuestas violaciones a las reglas de la libre competencia en proyectos de generación de energías renovables (eólicas y fotovoltaicas).
“Una mayor certidumbre regulatoria, incluso en el sector energético, ayudaría a aprovechar al máximo la actual deslocalización de procesos de producción a México”, indican los analistas de la OCDE.
Finalmente, la entidad celebra la solidez del mercado laboral mexicano, con un desempleo bajo ubicado en alrededor del tres por ciento de la población económicamente activa.
No obstante advierte que el empleo en la economía informal ronda el 55 por ciento del total de los puestos de trabajo.
Fuente:https://sputniknews.lat/
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