Quito.- De los 49 presos fugados de la cárcel de Esmeraldas (norte), capital de la provincia ecuatoriana del mismo nombre y fronteriza con Colombia, apenas cinco fueron capturados y otros tres habrían sido asesinados.
“De estas 49 personas privadas de libertad que no constan, que no fueron contabilizados, 48 son aquellos que se está considerado como fugados, y un fallecido. De los 48 fugados cinco fueron recapturados”, dijo a medios locales Milton Rodríguez, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta de Esmeraldas (noreste).
El conteo de los reos, realizado tras la intervención en la cárcel, se inició en la madrugada del domingo por parte de personal militar y policial, y arrojó la ausencia de los 49 presos de los 1.401 que registra el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI).
El canal local Ecuavisa indicó que del total de reos evadidos, tres fueron asesinados en distintos barrios de la ciudad, aunque se desconocen los detalles.
El comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta de Esmeraldas también dio a conocer que, hasta la madrugada de este lunes dentro del recinto penitenciario se decomisaron un fusil calibre 556 de larga distancia, cuatro pistolas, un revólver, 18 alimentadoras, 1.464 municiones y nueve artefactos explosivos.
También se descubrieron unos huecos en el piso que le permitían a los privados de libertad conectarse con otras celdas.
Los operativos tienen lugar en medio de la ola de violencia desatada por grupos delincuenciales organizados, tras la evasión de dos cabecillas de estas bandas, Adolfo Macías, alias Fito, de la banda Los Choneros, y Fabricio Colón Pico, de Los Lobos.
En los incidentes registrados se registraron al menos 14 víctimas confirmadas, entre ellas tres policías, y un total de 178 personas, entre guías penitenciarios y personal administrativo, fueron tomados como rehenes en los Centros de Privación de Libertad El Oro No.1; Cotopaxi No.1; Loja No.1, Azuay No1; Tungurahua No.1; Cañar No2, y Esmeraldas No.2, y posteriormente liberados entre el sábado y el domingo.
Ante la crisis de inseguridad, el Gobierno estableció el estado de excepción y declaró un conflicto armado interno que dio luz verde a las Fuerzas Armadas y a la Policía a neutralizar las acciones de las bandas delincuenciales, consideradas como terroristas.
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