La pandemia de COVID-19 llevó a países como México a pensar en la necesidad de desarrollar sus propias vacunas, medicamentos y otros insumos críticos para no depender de potencias extranjeras en una eventual nueva pandemia que podría ser más letal que la ocasionada por el virus SARS-CoV-2, coincidieron especialistas consultados por Sputnik.
Se prevé que la Organización Mundial de Salud (OMS) actualice en el primer semestre de este año su lista de en las enfermedades con una mayor amenaza epidémica y pandémica, en la que se incluye una Enfermedad X, un mal —imaginario hasta ahora— provocado por un patógeno desconocido aún, pero que podría causar una grave pandemia de alcances superiores al COVID-19.
Con esta lista, la OMS busca reforzar la preparación y la respuesta a nivel global ante posibles epidemias y pandemias futuras con el objetivo de reducir el tiempo necesario para el desarrollo de contramedidas médicas seguras y eficaces, tanto curativas como preventivas.
En la actualidad, las enfermedades prioritarias para la OMS son:
COVID-19
Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo
Enfermedad por el virus del Ébola y enfermedad por el virus de Marburgo
Fiebre de Lassa
Síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV)
Enfermedades por Nipah y henipavirus
Fiebre del Valle del Rift
Zika
Enfermedad X
¿En qué terreno está México ante este escenario?
Al contar con un sistema de salud pública que debe atender a una población de 126 millones de personas, el país latinoamericano debe desarrollar su propia industria de vacunas y de biotecnología para salir avante con los menores daños posibles ante una eventual pandemia más severa que el coronavirus, asegura en entrevista el doctor Mauricio Rodríguez, médico cirujano y vocero de la Comisión para la Atención de la Emergencia Coronavirus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Tenemos que fortalecer nuestra capacidad de biotecnología y tenemos que fortalecer nuestra capacidad de diagnóstico, desarrollar vacunas, desarrollar medicamentos y desarrollar insumos críticos”, sostiene el especialista, quien también posee un doctorado en Ciencias Bioquímicas y es experto en enfermedades infecciosas.
“Debemos ser productores y no nada más consumidores”, señala el también profesor en el Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM.
De acuerdo con Rodríguez, México perdió su capacidad para producir sus propias vacunas en los últimos 30 años y por eso ahora necesita retomar dichas capacidades, además de elaborar un plan nacional que ayude a proteger a la población del país de esas amenazas.
“Se necesita un andamiaje administrativo y jurídico que permita estar preparados para algo que no sabemos qué es”, afirma el experto.
“Ya se cuenta con la experiencia de la reconversión hospitalaria. Ya se cuenta con la experiencia de los hospitales que se hicieron para COVID-19 de manera casi súbita. [Ahora se debe] materializar en planes y estrategias de preparación”, resume el médico investigador.
La necesidad de mayores recursos para el sector salud
Las inversiones y el gasto social en materia de salud deben aumentar, pero “no vemos que esté ocurriendo de manera adecuada” considera Rodríguez.
“Se necesita más y mejor infraestructura para la salud y así estar preparados para algo más grande. Hay que asegurarte de que haya personal de salud suficiente, instalaciones de salud suficientes y plataformas de comunicación adecuadas”, asegura.
Por su parte, el doctor Miguel Betancourt, consultor en salud pública, salud global y vacunología, explica que, a lo largo de la historia de la humanidad, las enfermedades diseminadas a gran escala han sido una constante.
“El concepto de Enfermedad X habla precisamente de esto, de que estamos siempre expuestos como humanidad al desarrollo o a la aparición, como ocurrió en 2019, de nuevas enfermedades”, abunda Betancourt, quien tiene un doctorado en políticas de salud por la London School of Hygiene and Tropical Medicine.
Según él, es posible que la Enfermedad X surja a partir de un “brinco inter especies” como, por ejemplo, suele pasar con las influenzas, en las que los reservorios típicos son las aves y, de repente, por una mutación, adquieren una capacidad adicional para infectar células humanas y causan enfermedades en algún individuo y, de ahí, el riesgo de que se convierta en una epidemia y, eventualmente, en una pandemia.
“Hay una frase célebre que (…) dice que el reloj de la pandemia hace tic tac, pero no sabemos qué hora marca. Lo que quiere decir es que siempre estamos expuestos y en riesgo de que haya uno de estos brincos inter especie y un virus que afecta o que vive entre los animales se vuelva una enfermedad que afecte a los seres humanos”, explica el especialista.
Una enfermedad mortal
Un nuevo cálculo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hecho público recientemente cifra en 14,9 millones las personas que murieron en el mundo a causa de la pandemia de coronavirus entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2021.
Los nuevos estimados del organismo de la ONU suponen 9,5 millones adicionales a la cifra de fallecimientos informados durante ese periodo, que ascendía a 5,4 millones.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que estos datos no solo evidencian el impacto de la pandemia, sino que “también subrayan la necesidad urgente de que todos los países inviertan en sistemas de salud más resilientes que puedan sostener los servicios de sanidad esenciales durante las crisis, incluidos sistemas de información sólidos”.
La OMS indicó que el 84% del exceso de muertes se produjo en el sureste asiático, Europa y América, con el 68% concentrado en diez países. La mayor cantidad se registró en el sureste asiático, con 5,99 millones. En la lista por regiones le siguieron Europa, con 3,25 millones; América, con 3,23 millones; África, con 1,25 millones; y el Mediterráneo oriental, con 1,08 millones. El Pacífico occidental fue la zona menos afectada, con 120.000 muertes.
Los datos desagregados apuntan a un 81% del exceso de fallecimientos en los países de renta media, 15% en los de renta alta y 4% en las naciones de bajos ingresos.
Los números señalan asimismo que murieron más personas mayores que jóvenes y más hombres que mujeres, con 57% y 43%, respectivamente.
En México, las autoridades de la Dirección General de Epidemiología, dependiente de la Secretaría de Salud, calculaban 334.336 defunciones por Covid-19, con una corte hasta el 25 de junio de 2023.
Un tema en el foro de Davos
La posibilidad del surgimiento de una eventual Enfermedad X fue uno de los temas que se abordaron este año en el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza.
En una mesa el pasado 17 de enero, el doctor Adhanom Ghebreyesus abordó la necesidad de estar preparados para una próxima pandemia y advirtió que muchas personas murieron por COVID-19 porque simplemente no había una cama disponible en un hospital.
Adhanom Ghebreyesus afirmó que muchos países de renta alta habían invertido recursos en alta tecnología en materia de salud, pero dejaron de lado la atención primaria, lo que complicó la atención a personas con coronavirus.
“Incluso se puede llamar a COVID la primera ‘enfermedad X’. Y puede que vuelva a ocurrir”, dijo el Tedros en Davos.
“Por supuesto, hay gente que dice, oh, esto puede crear pánico. No, en realidad es mejor anticiparse a algo que puede ocurrir porque ha ocurrido muchas veces en nuestra historia, y prepararse para ello”, agregó.
Michel Demare, presidente del Consejo de AstraZeneca, una de las pocas compañías farmacéuticas que diseñaron y produjeron vacunas contra el COVID-19, dijo en el mismo panel que muchos países no están gastando lo suficiente para prepararse para la próxima pandemia.
“En los países de la OCDE, el gasto medio en prevención es del 3% del presupuesto de los sistemas sanitarios”, dijo. “Obviamente, si se gasta tan poco en prevención, se acaba gastando la mayor parte del presupuesto en hospitalización y sólo en tratamientos. Así que hay que cambiar muchas cosas”.
¿Podría salir de un laboratorio?
Sobre la posibilidad de que esta imaginada Enfermedad X salga de un laboratorio de experimentación, como los que existen en Estados Unidos y otros países, ambos especialistas afirmaron que el riesgo existe, aunque es muy difícil que se dé esta situación por los controles estrictos que existen en estos lugares.
“Podría existir un riesgo sobre todo de los laboratorios que tienen patógenos y microorganismos altamente perjudiciales”, afirma el doctor Rodríguez.
Sin embargo, asegura, sería muy difícil diseñar en el laboratorio un patógeno que fuera muy efectivo. “El daño sería probablemente más localizado que cuando es un fenómeno natural que es producto de la naturaleza”, concluyó.
Fuente:https://sputniknews.lat
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