La reciente visita del secretario de Estado de EU, Antony Blinken, a Israel y otros países de la región reveló las profundas divisiones entre Washington y Tel Aviv, y dejó claro lo difícil que será para la Administración Biden lograr progresos diplomáticos para pacificar la zona, según un análisis del diario británico ‘Financial Times’.
De acuerdo con el reporte, publicado este 9 de febrero, los desacuerdos entre Estados Unidos e Israel van desde la próxima fase de la guerra hasta la forma de garantizar la liberación de los rehenes retenidos por el movimiento palestino Hamás en la Franja de Gaza.
“Este viaje [de Blinken] reflejó lo difícil que va a ser todo este proceso [diplomático]”, declaró al medio Aaron David Miller, investigador principal de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional y antiguo funcionario del Departamento de Estado estadounidense.
“Son los dos combatientes los que determinan el arco de esta crisis. Y aunque Estados Unidos ha desempeñado, y sigue desempeñando, un papel importante, creo que tenemos que ser realmente muy sobrios a la hora de evaluar hasta qué punto [Washington] puede alterar fundamentalmente la trayectoria de esta crisis”, añadió el especialista.
De hecho, en una señal de la creciente frustración de la Administración Biden con Netanyahu y los miembros de extrema derecha de su coalición, como los ministros Itamar Ben-Gvir y Bezalel Smotrich, Blinken dijo que había planteado la “profunda preocupación” de Washington por “las acciones y la retórica” que inflaman las tensiones que “socavan el apoyo internacional” a Israel.
“El viaje muestra que Estados Unidos sigue sin presionar lo suficiente a Netanyahu, y demuestra los límites de la diplomacia de Blinken, porque se está quedando con las manos vacías”, aseguró Sanam Vakil, responsable del programa sobre Oriente Próximo en Chatham House, al Financial Times.
De acuerdo con el diario, otro signo de la brecha entre Washington y Tel Aviv fueron las declaraciones del presidente Biden en el sentido de que la respuesta militar israelí en Gaza era “exagerada”, una de sus críticas más agudas a la ofensiva del país hebreo hasta la fecha.
“Hay mucha gente inocente que pasa hambre, mucha gente inocente que tiene problemas y muere, y esto tiene que acabar”, declaró Biden a los periodistas en la Casa Blanca el 8 de febrero.
Según el análisis del medio británico, la divergencia más marcada entre Blinken y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se produjo en su valoración de las últimas condiciones ofrecidas por Hamás para liberar a los aproximadamente 130 rehenes que siguen en su poder.
Blinken afirmó que la propuesta —que exigía una pausa de 135 días en las hostilidades, la retirada del Ejército israelí de Gaza y la liberación de al menos 1.500 prisioneros palestinos— ofrecía “espacio para llegar a un acuerdo”, pero Netanyahu dijo al final que los términos de Hamás eran “delirantes”.
En su lugar, el primer ministro israelí insistió en que la única forma de liberar a los cautivos era la “victoria total” sobre Hamás. Y para lograrlo, aseguró, Israel ampliaría sus operaciones militares a la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, donde más de un millón de gazatíes desplazados se refugian en condiciones complicadas.
Esto, a su vez, entraría en contradicción con los supuestos esfuerzos realizados durante los últimos meses por funcionarios estadounidenses para persuadir a Israel a que reduzca la intensidad de los combates.
Blinken ha expresado ya su preocupación por el número de civiles muertos en Gaza (más de 27.000, según las autoridades locales) y advirtió sin rodeos que “no puede haber licencia para deshumanizar a otros”, reconociendo que “tal vez la estrategia tenga que ser mucho más internacional y multilateral”.
Fuente:https://sputniknews.lat/
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