Ni lima ni limón
Provocan la hilaridad generalizada. Cada una de sus apariciones en las redes sociales son contrastantes.
Adalberto Madero o Patricio Zambrano son personajes del Santo Oficio del chiste rápido.
Madero, quien dentro del PAN llegó hasta el senado y a la alcaldía de Monterrey, aspiró a la gubernatura. Pudo serlo. La avaricia y el desorden administrativo en su gestión de alcalde, como los millones de pesos en los parquímetros descarrilaron de manera grosera sus intenciones.
Además de varios gustos susceptibles al honor, las buenas maneras y la impostura matrimonial concluida en un divorcio explosivo.
Sus delicados gustos por la escritura o la proximidad griega a los jóvenes lo hicieron dependiente a una generación de traidores, muchos de ellos colocados en regidurías y síndicos, bajo la protección del defenestrado personaje.
Patricio Zambrano es ultramillonario. De escandalosa vida en los antros del centrito en la colonia del Valle, sus lazos familiares en primera línea con Hernán “El Grillo” Sada, lo convierten en un plutócrata sin mayores objetivos a la lente de los fotoperiodistas.
Consorte regente de la desaparecida Irma Serrano, sus mayores intervenciones han sido en los quirófanos. Al retirarse arrugas, sobrepeso y hasta delinear su mirada de felino.
Para ambos, Monterrey representa el orgullo de presidir la urbe más pesada de todo el norte. Madero conoce los laberintos. Zambrano ni siquiera imagina.
Sufragar por ellos es voto perdido. Hacerlo por Francisco Javier “El abuelo” Cruz, amparado por MORENA es opción, si se validara su tramo amplio por la pradera izquierda en el estadio Universitario o en el Tecnológico.
De Mariana Rodríguez de García, encabezando Movimiento Ciudadano, mejor demos vuelta a la página. Adrián de la Garza, puede ser contrapeso para el gobernador Samuel García. Siempre y cuando se deslinde de la figura de Francisco Cienfuegos. Hay socios y amigos, entre más lejos, suman voluntades.
Como el refresco Lima Limón. Ni es Lima ni es limón. Sino un hibrido de posibilidades para los siguientes tres años.