Ciudad de México.- Un centenar de alumnos de la Escuela Normal de Maestros de Ayotzinapa —que exigen una audiencia para recibir información de la investigación de la desaparición de 43 estudiantes desde septiembre de 2014— ingresaron por la fuerza al Palacio Nacional de México, derribando una puerta de la residencia presidencial.
“Los va a atender el subsecretario de Gobernación [Interior]. Yo estoy analizando y conduciendo todo, porque lo que me importa es encontrar a los jóvenes [desaparecidos]; y la actitud, no de los padres, sino de los asesores y de las organizaciones que supuestamente defienden derechos humanos es una actitud, en el mejor de los casos, política, de confrontación en contra nuestra, de provocación”, dijo en rueda de prensa el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Los manifestantes utilizaron una camioneta de la Comisión Federal de Electricidad para derribar el portón Número 1, sobre la calle de Moneda, en el Centro Histórico capitalino, mientras desde el interior los guardias que protegen la sede del Poder Ejecutivo lanzaron gases lacrimógenos.
“Nosotros no queremos para nada la confrontación”, indicó el mandatario.
López Obrador se dirigió a los padres y madres de los jóvenes desaparecidos, señalando que las autoridades federales están “avanzando mucho en la investigación”.
Sin embargo, afirmó que las familias de las víctimas de desaparición forzada perpetrada por fuerzas estatales, civiles y militares hace casi 10 años, la noche del 27 de septiembre de 2014, “están siendo manipulados por el grupo que encabeza el [senador] Emilio Álvarez Icaza, y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA [Organización de Estados Americanos]”.
Los estudiantes han mantenido un plantón en la plaza principal del Zócalo desde hace varios días, frente al Palacio Nacional.
“Ellos lo que quisieran es que salga la Policía y los enfrente (…). Yo estoy seguro en cualquier parte del país, a mí me cuida el pueblo”, agregó acerca de su seguridad en el edificio histórico.
En el patio principal interior de las instalaciones presidenciales, que ocupan una manzana completa, los guardias de seguridad montaron barricadas y los periodistas que acuden a las conferencias del mandatario fueron evacuados por otra salida lateral, reportaron medios locales.
La escuela rural de magisterio de Ayotzinapa se localiza a 90 kilómetros de la ciudad de Iguala, Guerrero (sur, a 220 kilómetros de la capital del país) donde cinco autobuses en que viajaban los jóvenes a la conmemoración anual de la masacre de universitarios de 1968 fueron atacados a balazos por patrullas de policías de varios municipios, detuvieron a 43 estudiantes que los agentes entregaron al grupo criminal Guerreros Unidos, según la fiscalía mexicana.
Una de las hipótesis de la fiscalía especial del caso, basada en llamadas interceptadas a criminales, indica que el motivo del ataque es que uno de los cinco autobuses fueron ocupados por los jóvenes en Iguala, que supuestamente estaba cargado con una goma de opio o heroína embarcada hacia Chicago, EU.
