Un equipo multidisciplinario del Hospital General de Zona (HGZ) No. 6, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Nuevo León, trabajó en coordinación para corregir la condición de una menor que nació con los intestinos expuestos, con un nuevo procedimiento denominado “cierre primario sin sutura”.
Jade Sofía es la pequeña a quien, durante el embarazo de su madre, le diagnosticaron gastrosquisis, un defecto congénito de la pared abdominal que se caracteriza por la exteriorización de los intestinos, que durante la gestación se encuentran en contacto directo con el líquido amniótico.
Para Ingrid Ahimet, madre de la menor, la angustia llegó desde el tercer mes de embarazo, cuando le diagnosticaron la enfermedad a su bebé, con un pronóstico de baja probabilidad de vida al nacer.
“Me decían que era muy riesgoso, sentía mucho miedo. Gracias a ellos (personal médico) mi bebé está viva”, recordó con lágrimas la madre de la menor, que cumplió dos meses desde su nacimiento.
Los casos de pacientes con esta enfermedad, cuya incidencia es de uno por cada 10 mil nacidos vivos, tienen alto porcentaje de mortalidad debido a sus complicaciones asociadas, como perforación y obstrucción intestinal, enterocolitis, entre otras.
Existen actualmente diferentes métodos para reducir las asas intestinales a la cavidad abdominal para corregir el defecto de la gastrosquisis.
En este caso, se aplicó con una técnica distinta de origen colombiano llamada “cierre primario sin sutura”, de acuerdo con la Jefatura de Pediatría del HGZ No. 6 del IMSS en San Nicolás de los Garza.
Al momento del nacimiento, los pequeños intestinos expuestos de la menor se encontraron muy dilatados e inflamados, por lo que se tuvieron que hacer maniobras especializadas para reducirlos de tamaño y poder introducirlos a la cavidad abdominal.
Luego de acomodarlos, se colocó un apósito hermético (hidrocoloide) que permite el cierre espontáneo por cicatrización del defecto umbilical, informó la Jefatura de Pediatría.
La pequeña no requirió intubación ni anestesia, inició pronto su alimentación y permaneció nueve días en el hospital, cuatro de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Que un equipo multidisciplinario formado por las especialidades de Ginecología y Anestesiología, Cirugía Pediátrica, Pediatría y Neonatología se mantuviera en alerta para practicar el procedimiento especializado a la recién nacida, de inmediato después de la cesárea, fue fundamental para obtener resultados favorables para la bebé.
Los médicos que participaron en la intervención manifestaron su satisfacción ante la coordinación que tuvieron y que llevó a concluir en la corrección del defecto congénito de la menor.
Con la supervisión mensual de Pediatría Médica y Cirugía Pediátrica, ahora es un motivo de alegría para su familia, integrada por sus padres y tres hermanos.
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