El galeón San José fue hundido en 1708 frente a la costa de Colombia, cargado de metales y joyas sustraídas de minas del actual departamento de Potosí, territorio ancestral Qhara Qhara. Los indígenas recordaron que también fueron esclavizados para trabajar en las minas.
En 1708, el galeón español San José fue hundido por la flota inglesa en la costa de la actual Colombia. Lleva más de tres siglos sumergido a 600 metros con miles de monedas de oro, plata y joyas provenientes del departamento de Potosí, Bolivia. En abril y mayo próximos, el Gobierno de Gustavo Petro prevé enviar un robot para inspeccionar los restos. Y varios sectores, con mayor o menor legitimidad, quieren su parte de un botín multimillonario.
En 1981, una empresa de caza tesoros de Estados Unidos informó al Gobierno colombiano que sabía dónde estaba el San José. Pero extraer los restos, sumergidos a cientos de metros durante 300 años, requiere un tratamiento especial para evitar un mayor deterioro, por lo cual se pospuso la tarea para otro momento.
Se volvió a hablar del galeón en 2015, cuando el presidente Juan Manuel Santos anunció su hallazgo, en un sitio distinto al señalado por los caza tesoros estadounidenses, quienes le atribuyen a los restos un valor de 20.000 millones de dólares.
Una forma de resarcir una deuda histórica
El Estado español afirmó que el galeón le pertenece. Los cazatesoros de Sea Search Armada quieren la mitad de ganancias por haber averiguado —con imprecisiones— la zona del hundimiento. El Gobierno colombiano rechaza mencionar al hallazgo como un “tesoro” y optó por el término “patrimonio arqueológico” de su territorio nacional. Se sumó al reclamo la nación originaria Qhara Qhara, cuyas riquezas fueron saqueadas y cargadas al San José.
Sputnik conversó con tata Samuel Flores Cruz, líder de la nación Qhara Qhara y designado por su pueblo para dar seguimiento al caso del galeón hundido. Explicó que, según documentos de la época virreinal, se determinó que el oro y la plata ante la costa colombiana fueron extraídos del Cerro Rico de Potosí (dentro del territorio ancestral de los Qhara Qhara) por indígenas que esclavizó la corona española.
“Si quiere, España puede quedarse con las maderas, los cañones, los mástiles… Pero el oro y la plata pertenecen a la nación Qhara Qhara. También hay joyas que fueron saqueadas de las tumbas de nuestros ancestros”, dice el líder originario.
Para su gente, lo justo sería que estos elementos vuelvan a su tierra, como parte de una reparación histórica por el robo de sus riquezas y por someterlos a la esclavitud hasta que Bolivia se independizó, en 1825.
“Nuestro territorio ancestral ha sido saqueado durante la colonia por los españoles. Ellos han profanado tumbas y wakas [sitios ceremoniales], nuestros objetos sagrados han fundido para hacer monedas y barras de oro y plata”, relató Flores.
Además, “ha sido explotada inhumanamente nuestra población indígena en centros mineros como Potosí, Porco y otros”, mencionó la autoridad originaria. En las últimas décadas, las organizaciones indígenas locales recopilaron documentos y bitácoras de la época colonial en archivos de Bolivia, Argentina, España y Perú. Allí quedó registrado parte del robo de sus recursos.
Flores agregó que el botín “era llevado por indígenas Qhara Qhara y de otras naciones a los puertos de Arica [actual Chile] y de Callao [en Perú]”, en el océano Pacífico.
Desde allí se trasladaban los valores por mar hasta Panamá, donde se descargaban y se enviaban por tierra hasta el puerto de Portobelo, del lado del océano Atlántico. Desde ese punto partió el San José con destino a España. Había sido construido en 1698, tenía 40 metros de largo, 64 cañones, capacidad para 600 tripulantes y pasajeros, así como espacio en sus bodegas para llenar de riquezas del llamado “nuevo mundo”.
La Batalla de Barú, y el hundimiento del galeón, quedó inmortalizada en varias pinturas de la época. La ubicación exacta del San José es un secreto del Gobierno colombiano. Ya está listo el moderno barco desde el cual será controlado el robot que inspeccionará los restos.
La operación, que tiene un costo de 4,5 millones de dólares, representa un esfuerzo coordinado del Ministerio de Cultura, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, la Armada Nacional y la Dirección Nacional Marítima, todas instituciones del Estado de Colombia.
A futuro, el Gobierno de Petro propone construir un museo para exhibir lo que se pueda rescatar del San José.
Según tata Samuel, los metales preciosos “para nosotros no son riquezas ni tesoros: son bienes que pertenecen a la nación Qhara Qhara. Son parte de nuestra espiritualidad, por eso pedimos que no se profane más nuestra historia y nos respeten”.
En este sentido, valoró el trabajo del Gobierno colombiano y su apertura para incluir a los Qhara Qhara en la demanda.
La autoridad originaria rechazó darle un costo económico a los objetos hundidos: “No tienen un valor comercial mercantil, porque son bienes ceremoniales y espirituales que nos relacionan con nuestro pasado”, explicó.
En el camino marítimo usado en tiempos coloniales por España hay más de 200 galeones hundidos, muchos de los cuales llevan metales y objetos extraídos del territorio Qhara Qhara, señaló Flores. Los dominios de esta nación se extienden por los actuales departamentos bolivianos de Chuquisaca y Potosí (centro y sudoeste).
“Tiene que haber una reconstrucción de la historia colonial con relación a nuestros pueblos y los cargamentos que robaron. Eso no se puede desfigurar. Nuestra posición es clara frente a la corona española: queremos que estos objetos sirvan para resarcir los daños que ocasionó a los pueblos de América”, sostuvo Flores.
Fuente:https://sputniknews.lat/
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