Paciencia es la palabra de moda desde hace un tiempo en el equipo de Carlos Alcaraz. Su entrenador Juan Carlos Ferrero se la recuerda a menudo, incluso en pista. Y el murciano de 20 años se la dice a sí mismo para permanecer centrado en la competencia. Fue clave, en todo caso, para ganar el BNP Paribas Open la semana pasada, y lo será durante esta quincena en el Miami Open presented by Itaú.
“La paciencia es algo que venimos trabajando”, dijo Alcaraz en su primera visita del año al Hard Rock Stadium, donde se disputa el ATP Masters 1000 de Florida. “Al final soy un jugador con un amplio abanico de golpes y eso a veces puede ser confuso, y me puede provocar no tener paciencia, apurarme mucho en los tiros, en los puntos. Eso en el tenis no es muy bueno. Pero en Indian Wells lo he hecho bastante bien”.
Eso puede explicar que en sus últimos cinco partidos en el desierto californiano haya cometido solo 35 errores no forzados, y que en ese periodo haya cedido un solo set en el camino, en semifinales ante Jannik Sinner.
“Soy un jugador que en cualquier momento puede estar al ataque y también en defensa. Puedo jugar desde bolas más planas hasta más liftadas. Tengo esa variedad, eso es bueno. Pero también debo ser más paciente para usarla”, explica el No. 2 del PIF ATP Rankings.
La filosofía será la misma en Miami, donde fue campeón en 2022 y semifinalista en 2023. Esta quincena intentará convertirse en el octavo jugador en ganar este evento e Indian Wells la misma temporada. Se uniría a Novak Djokovic (2011, 2014-16), Roger Federer (2005-06, 2017), Andre Agassi (2001), Marcelo Ríos (1998), Pete Sampras (1994), Michael Chang (1992) y Jim Courier (1991).
Hace un año estuvo cerca. Aun cree que puede lograrlo. “Me siento muy bien, con mucha confianza en este momento”, dijo Alcaraz. “Creo que estoy jugando un gran tenis. Estoy muy feliz de estar nuevamente aquí en Miami, un lugar realmente especial para mí, donde he mostrado un gran tenis en los últimos años. Me siento muy bien física y mentalmente y estoy listo para este torneo”.
Además de la paciencia, otro factor que podría ayudar a conseguirlo es el público en Miami. “Aquí parece que juego como en casa. Amo estar y jugar aquí porque la atmósfera es increíble. La energía que siento es muy ‘cool’, y trato de tomarla como ventaja para mí cuando juego los partidos. Es especial”, agregó el diestro de 20 años.
Tendrá la oportunidad de probarlo una vez más cuando juegue el sábado ante el ganador del duelo entre el español Roberto Carballés Baena o el australiano Aleksandar Vukic.
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