Monterrey, Nuevo León.- Arañas chiquitas, medianas, grandes y muy venenosas, invaden las salas de cine de la Ciudad con “Arácnidos” (“Vermines”), la película de hechura francesa escrita y dirigida por Sébastien Vanicek que ya está en cartelera como buena opción en el arranque del periodo vacacional.
Estas alimañas hacen de las suyas en un barrio, luego de la llegada de la primera de su especie que logra escapar para crear su reinado de telarañas y nidos que desata el caos en busca de víctimas mortales.
Estelarizada por Théo Christine, Sofia Lesaffre, Jérôme Niel y Lisa Nyarko, y con la participación de Finnegan Oldfield, “Arácnidos” logra en 106 minutos de largometraje hacer con sus escenas que la audiencia se sobresalte en su asiento y ponga a prueba sus fobias al seguir la trama.
Kaleb es un joven que vive de pequeños trabajos. Apasionado por los animales exóticos, fue él quien un día lleva la araña extremadamente venenosa.
La araña se reproduce rápidamente y convierte el edificio en un inmenso nido, sembrando el terror entre los habitantes, quienes enfrentarán una mortal invasión de arañas e intentarán sobrevivir a una plaga que se sale de control.
Una de las peculiaridades del proyecto fílmico es que se utilizaron arañas reales para todas sus escenas por ser la única forma, según cuentan sus productores, de crear una auténtica pesadilla arácnida.
“Es una película de género que te sacude hasta la médula, te hace temblar, porque me parece que a través de las emociones acabas irremediablemente implicado. Quiero hacer una película por la que valga la pena pagar la entrada, un espectáculo por el que merezca la pena ir al cine”, comenta el director sobre su propuesta, quien en el pasado tuvo que trabajar en Disneyland Paris para ganarse la vida.
Vaniček decidió llevar la acción al territorio que él conoce de primera mano: los suburbios, así que el edificio en cuestión tenía que ser de determinada arquitectura, de forma que al final, la escena de destrucción cobra cierta relevancia.
“Arácnidos” es también un llamado a lo social, una mirada hacia un mundo que para muchos permanece invisible, pero que el director se encarga de recordar en cada escena: La marginación es posible, aún en sociedades avanzadas y hace que el desarrollo no esté completo si se hace a un lado a esas “alimañas” humanas que, en apariencia, no aportan mucho, sino que son vistas como un obstáculo.
Simbólica en su tratamiento sobre el tema de la xenofobia, “Arácnidos” penetra hondo en la conciencia de los espectadores que, además de sobresaltarse con las escenas de terror, también podrá entrar en reflexión en torno a la discriminación como un acto igualmente abominable que el exterminio de una especie de bicho maligno.
Por: Vicente Guerrero-eitmedia.mx