Río de Janeiro (Brasil).- La concejala de Río de Janeiro, Marielle Franco, fue asesinada en 2018 porque era un obstáculo a los proyectos de expansión territorial de la milicia (una mafia local), según consta en la investigación de la Policía Federal, que se hizo pública tras la detención, el domingo, de las tres personas que planearon el crimen.
Según la investigación, el asesino confeso, Ronnie Lessa (preso desde 2019), explicó en sus interrogatorios que el motivo del crimen fue que “la concejala Marielle Franco estaba obstaculizando los intereses de los hermanos (Brazão), en especial por su actuación en comunidades de Jacarepaguá, en su mayoría dominada por milicias, donde se concentra una relevante parcela de la base electoral de la familia Brazão”.
El domingo, la policía arrestó al diputado federal Chiquinho Brazão y a su hermano, el consejero del Tribunal de Cuentas de Río Domingos Brazão por haber planeado el crimen, y al entonces jefe de la Policía Civil, Rivaldo Barbosa, por haber obstaculizado la investigación intentando encubrir el asesinato.
Según los investigadores, tanto Lessa como otros testigos explicaron que una de las motivaciones del crimen sería un proyecto de ley presentado en 2017 en la Cámara Municipal de Río que regularizaba terrenos y propiedades ilegales en la zona oeste de la ciudad, lo que habría beneficiado enormemente a los milicianos que controlan la región.
Franco y los concejales de su formación, el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), votaron en contra de ese proyecto de ley, y según la investigación, Chiquinho Brazão estuvo “furioso”; aún así, la propuesta llegó a aprobarse, pero después fue anulada por la Justicia.
Diversos especialistas, no obstante, apuntan que la actuación de Franco no fue decisiva en esa materia, muchos otros parlamentarios fueron contrarios y ella no tenía un trabajo especialmente activo contra las actividades de los milicianos, por lo que creen que hay que ampliar las explicaciones.
Apuntan que Franco representaba todo lo que estos políticos conservadores de Río, viejos conocidos de la política de la ciudad, odiaban: una mujer, negra, bisexual, procedente de una favela, con un discurso en defensa de las minorías y que cuestionaba la violencia policial; por lo que su asesinato podría servir como un recado al campo progresista.
Tras las detenciones del domingo, el Tribunal Supremo Federal aceptó por unanimidad que los tres arrestados continúen en prisión preventiva para no perjudicar el curso de la investigación.
Chiquinho Brazão fue expulsado del partido al que pertenecía (União Brasil, de centro-derecha) y el Congreso Nacional ya trabaja para anular su acta de diputado federal.
Los asesinos confesos de Franco (Lessa, quien apretó el gatillo, y Élcio Queiroz, que conducía el vehículo desde donde salieron los disparos) están presos desde marzo de 2019 en una cárcel de máxima seguridad.
Tras años estancada, la investigación empezó a avanzar el año pasado, cuando dejó el ámbito de la Policía Civil (en manos del gobierno del estado de Río) y pasó a manos de la Policía Federal (de competencia del Gobierno central) y cuando los asesinos confesos decidieron colaborar con la Justicia aportando detalles a cambio de posibles beneficios penales.
Fuente:https://sputniknews.lat/
Foto: Tomada de https://twitter.com/mariellefranco
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