Moscú.- Las conversaciones mantenidas este viernes en Bruselas entre el ministro británico de Exteriores, David Cameron, y su homólogo español, José Manuel Albares, condujeron a avances significativos en la cuestión de Gibraltar, informó la Cancillería británica en un comunicado.
La situación en torno al territorio británico de ultramar de Gibraltar se complicó con la salida británica de la Unión Europea. El estatus del territorio y el procedimiento para controlar la frontera se han convertido en objeto de disputas entre Londres y Madrid, que se complican por el deseo de España de hacerse con el control del aeropuerto de Gibraltar.
“Fue la primera reunión en este formato. Las conversaciones se desarrollaron en un ambiente constructivo y se lograron avances significativos”, indica el texto.
La nota señala que durante la reunión, a la que también asistieron el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, y el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, se acordaron orientaciones políticas comunes, entre ellas sobre el aeropuerto de Gibraltar y la circulación de personas y mercancías a través de la frontera.
Las conversaciones continuarán en las próximas semanas para ultimar un acuerdo entre el Reino Unido y la UE.
“La reunión reafirmó el compromiso compartido de concluir un acuerdo entre el Reino Unido y la UE que garantice la prosperidad futura de toda la región”, añade el comunicado.
Anteriormente, el diario Times informó que ambos países habían estado a punto de firmar un acuerdo sobre Gibraltar, siendo el escollo la cuestión del control del aeropuerto gibraltareño, ya que Madrid quería hacerse con el control del puerto aéreo.
El aeropuerto es ahora propiedad del Ministerio de Defensa británico y alberga una base aérea de las Fuerzas Aéreas británicas.
Gibraltar ha sido un escollo entre España y el Reino Unido durante tres siglos. Se convirtió en objeto de disputa anglo-española a principios del siglo XVIII, cuando España perdió su antiguo poder e Inglaterra, por el contrario, se hizo fuerte y, aprovechando la Guerra de Sucesión española de 1700-1713, se apoderó de la fortaleza de Gibraltar.
Desde entonces, los británicos controlan un tramo rocoso de la costa sur de la Península Ibérica con una superficie de 6,5 kilómetros cuadrados y una población de 30.000 habitantes.
España considera Gibraltar su territorio, pero en los referendos celebrados en 1967 y 2002, más del 90 por ciento de los gibraltareños querían seguir bajo control británico.
El territorio tiene una Constitución aprobada en referéndum en 2006, según la cual el poder legislativo corresponde al monarca británico y al Parlamento de Gibraltar.
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