Desde hace 80 años existe un tratado entre México y Estados Unidos que establece la asignación de las aguas de los ríos fronterizos. Sin embargo, en 2025, este tema podría convertirse en el primer conflicto bilateral.
Con la firma del Tratado Internacional de Aguas de 1944, en la cuenca del Bravo (Fort-Quitman al Golfo de México), se acordó que México deberá entregar anualmente un volumen de 432 millones de metros cúbicos, mientras que en la cuenca del Colorado, Estados Unidos entrega a México un volumen de 1.890 metros cúbicos anuales. Ambos países acordaron una flexibilidad de hasta cinco años para entregar los volúmenes mínimos asignados a cada uno.
“¿En qué consiste el tratado? Es el que divide el agua entre ambos países. Estados Unidos comparte agua del río Colorado y México comparte agua del río Bravo o sea, no es que Estados Unidos le quite agua a México”, explica en entrevista con Sputnik el doctor Samuel Sandoval, profesor asociado de la Universidad de California Davis y especialista de extensión cooperativa en gestión de recursos hídricos de la Universidad de California.
Sandoval señala que, como parte del tratado, existe la flexibilidad para que México cubra con su parte de agua enviada a Estados Unidos en ciclos de cinco años; es decir, puede ir pagando el agua de acuerdo a sus posibilidades, no precisamente los 432 millones de metros cúbicos cada año, sino que se puede ir retrasando un año y, al otro, entregar más agua. Sin embargo, cuando se cumple el ciclo de cinco años, México ya debe haber cubierto 2.158 millones de metros cúbicos, que equivale a cinco años de 432 millones de metros cúbicos anualmente.
Pese a la flexibilidad del tratado, el especialista advierte que México difícilmente podrá cumplir con su cuota en este ciclo de cinco años que concluye en octubre de 2025, pues, según datos de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, en cuatro años (hasta el 18 de mayo de 2024) apenas ha enviado a Estados Unidos 474 millones de metros cúbicos.
Agua entregada por México a EEUU hasta el 18 de mayo
© Foto : IBWC
“Estamos en la peor condición en la que hemos estado para el pago del agua”, reconoce Sandoval Solís. “En este momento vemos que México apenas ha pagado los 432 [millones de metros cúbicos] del primer año y ya vamos a llegar al cuarto año, o sea, ya vamos, a acabar el cuarto año y apenas hemos pagado lo de un año”, agrega.
Y es que, por lo menos hasta el 15 de mayo de 2024, según datos de la Comisión Nacional de Agua (Conagua), varios estados del norte de México se encuentran en sequía extrema y otros en sequía excepcional. De hecho, por algunos de estos estados pasa el río Bravo, que es de donde se supone se puede extraer el agua para cumplir con el acuerdo.
Sequía en México
© Foto : Conagua
Si México no logra cumplir con su parte del trato en octubre del 2025, explica Sandoval, la situación podría derivar en una crisis diplomática. El especialista recuerda el año 2002, cuando el entonces presidente George W. Bush visitó a su homólogo mexicano Vicente Fox para tratar este conflicto.
La posibilidad de qué México no cumpla con su cuota ya está comenzando a generar ciertos conflictos en la frontera, específicamente en Texas, donde congresistas amenazan con retirar fondos federales a México, si no cumple con su parte del trato.
En específico, un grupo bipartidista de legisladores texanos exige a los diputados de la Cámara de Representantes y del Senado que retengan fondos para México hasta que el país latinoamericano cumpla su parte del tratado sobre el agua.
Los legisladores estadounidenses acusan que las entregas irregulares de México han agravado la escasez de agua que afecta a los agricultores del sur de Texas. Uno de los afectados es el ingenio azucarero Rio Grande Valley Sugar Growers, que tuvo que cerrar en febrero debido a la repetida escasez de agua después de 50 años.
“Los agricultores y ganaderos del sur de Texas siguen sometidos a continuas tensiones financieras y podrían sufrir un destino similar al de la industria azucarera si México sigue reteniendo el agua”, afirman los legisladores en una carta enviada a los responsables de la Cámara de Representantes y el Senado.
Sin embargo, Juan Daniel Garay Saldaña, maestro en estudios México-Estados Unidos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), considera que este tipo de reclamos por parte de congresistas texanos podría quedarse como un simple discurso en plena campaña electoral.
“Estas amenazas a retener ciertos fondos que otorga Estados Unidos a México a través de sus agencias, pudieran quedar más como un tipo de discurso que busca alterar los procesos electorales, tanto en México como en Estados Unidos”, dice en entrevista con Sputnik.
Sin embargo, Garay Saldaña prevé que este tema bilateral podría escalar si Donald Trump regresa a la Casa Blanca tras las elecciones presidenciales de noviembre, pues podría poner mayor atención a los reclamos debido a que muchos de los senadores que respaldan la iniciativa son republicanos.
“El presidente Biden no le ha dado tanto eco a este asunto porque quienes se expresan son voces republicanas, como el polémico Ted Cruz. Pero con una posible llegada de Trump al gobierno, es probable que este problema pueda tener un peso mucho más relevante” concluye el experto.
Fuente:https://latamnews.lat/Daniel García
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