Un grupo de investigadores realizó un estudio que revela cómo los tatuajes están asociados con el riesgo de desarrollar linfoma, una forma rara de cáncer. Además, se observó si el tamaño del tatuaje y el momento en que se hizo influían en el riesgo de desarrollar esta mortal enfermedad.
Ya se sabía que el cuerpo percibe la tinta del tatuaje como algo extraño que hay que eliminar, y el tatuaje provoca una respuesta inmunitaria que hace que una gran parte de las partículas de tinta acaben en los ganglios linfáticos. Pero faltaba la última pieza del rompecabezas: ¿cómo afecta a la salud de las personas la tinta de tatuaje depositada en el sistema linfático?
Para averiguar qué ocurre, un grupo de investigadores de la Universidad de Lund (Suecia) realizó un estudio para determinar si los tatuajes aumentan el riesgo de linfoma maligno, un tipo de cáncer poco frecuente que afecta a los glóbulos blancos (linfocitos).
En el estudio participaron todas las personas de Suecia a las que se había diagnosticado un linfoma entre los 20 y los 60 años de edad entre 2007 y 2017. Por cada persona con linfoma, se identificaron tres individuos escogidos al azar del mismo sexo y edad pero sin linfoma, que se utilizaron como una muestra de “control” para la comparación.
Los participantes respondieron a un cuestionario sobre varios factores relacionados con el estilo de vida, y a los que estaban tatuados se les preguntó por el tamaño del tatuaje, su edad en el momento del primer tatuaje y los colores de los tatuajes. En el estudio participaron 5.591 personas (1.398 casos y 4.193 controles).
Tras tener en cuenta el hábito de fumar y el nivel de educación (factores ambos que pueden estar relacionados con la realización de un tatuaje y el desarrollo de un linfoma), se observó que las personas tatuadas tenían un 21% más de riesgo de linfoma que las que no lo estaban.
El tamaño de los tatuajes no parecía ser relevante. Lo que sí importaba era el tiempo: cuánto llevaban tatuados los participantes. El riesgo parecía ser mayor para los tatuajes nuevos (recibidos en los dos años siguientes) y para los tatuajes más viejos (recibidos hace más de diez años).
No es apropiado dar ninguna recomendación sobre tatuajes basándose en este único estudio. Se necesita más investigación antes de poder hacerlo. Pero lo que la investigación nos dice es que, para las personas que los poseen, es importante ser conscientes de que los tatuajes pueden tener efectos sobre la salud y que se debe buscar atención médica si se experimenta cualquier síntoma que pueda estar relacionado con el tatuaje.
El estudio fue publicado recientemente en la revista eClinicalMedicine. Sputnik
Fuente:https://latamnews.lat/
© Sputnik / Eliana Gilet
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