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Análisis genético revela parentesco entre niños mayas sacrificados en Chichén Itzá

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Montevideo (Mesa Américas).- Un análisis secuencial genético de 64 cráneos hallados en una enterramiento subterráneo en la ciudadela maya de Chichén Itzá (México, este) mostró que las víctimas del sacrificio ritual eran niños de sexo masculino y muchos de ellos estaban emparentados.

“Presentamos información genética de 64 individuos subadultos que fueron hallados en un enterramiento masivo subterráneo cerca del Cenote Sagrado en el centro ceremonial de Chichén Itzá. Análisis genéticos mostraron que todos los individuos eran masculinos y varios tenían un parentesco cercano, incluyendo dos pares de gemelos monocigóticos (idénticos)”, dijeron los autores en el estudio publicado este miércoles en la revista Nature.

Los científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania), varios de ellos mexicanos, dijeron que el 25 por ciento de los niños analizados en el chultún (sistema de almacenamiento subterráneo de agua) estaban relacionados con algún otro de los hallados en el lugar.

Además, una comparación genética con individuos de poblaciones mayas actuales en la región mostró una continuidad genética, excepto en un locus (posición fija en un cromosoma) vinculado a la inmunidad, lo que sugiere una adaptación debido a enfermedades infecciosas introducidas por los europeos durante el período colonial.

El chultún y los restos de 100 subadultos fueron hallados en 1967 cuando se construía un aeropuerto cerca de Chichén Itzá, una de las principales urbes mayas entre el 600 y el año 1000 de nuestra era ubicada en la península de Yucatán.

En la mitología maya, un chultún, además de servir para almacenar agua, es considerado como una entrada al inframundo y a eso se debería su utilización como lugar de sacrificios.

Dada la ubicación y el contexto del chultún, se ha especulado que los niños fueron sacrificados como ofrenda para las zafras de maíz o para el dios de la lluvia Chaac entre los años 600 y 1100, dijeron los investigadores.

Según los análisis para determinar la edad, cerca de la mitad de los niños estudiados tenían entre 3 y 6 años.

Si bien crónicas del siglo XVI de la colonización española e investigaciones de principios del siglo XX popularizaron la idea de que mujeres jóvenes y niñas eran principalmente las víctimas de sacrificios en el Cenote Sagrado, análisis más recientes identificaron restos tanto masculinos como femeninos entre los más de 200 hallados en el lugar, en su mayoría niños.

El parentesco hallado podría significar que los niños fueron elegidos especialmente por ser familiares biológicos, y el porcentaje encontrado podría ser mayor ya que solo 64 de los aproximadamente 106 individuos enterrados conservaban la porción petrosa del hueso temporal que se analizó mediante ADN.

Además, los dos pares de gemelos son los primeros identificados en un contexto mortuorio.

En la mitología maya, los gemelos son una señal auspiciosa y su figura es un tema central en el libro sagrado maya, el Popol Vuh.

En éste, los dioses gemelos Hun y Vucub Hunapú descienden al Inframundo y son sacrificados por los dioses tras un partido de pelota.

Según la leyenda, en el lugar donde los hermanos fueron enterrados creció un árbol de calabazo el cual dio cráneos por frutos, entre los cuales se encontraba la cabeza de Hun Hunahpú.

Ixquic, hija de uno de los dioses del Inframundo, tomó la cabeza de Hun, que escupió en su mano dejándola embarazada de los dioses gemelos Hunahpú e Ixbalanqué.

También llamados los héroes gemelos, ambos se adentran en el Inframundo en varias ocasiones, muriendo y resucitando, para derrotar a los dioses y vengar a su padre y su tío.

CONTINUIDAD GENÉTICA E INMUNIDAD

Rodrigo Barquera, inmunogenetista e investigador mexicano y uno de los autores del estudio, comenzó el análisis secuencial para descubrir los trazos genéticos de la pandemia más mortal que afectó a la región de Mesoamérica en el siglo XVI, cuando en 1545 un brote de salmonella entérica, identificado en una tumba precolombina en Oaxaca (centro), se expandió por lo que hoy es México y para el siglo siguiente había causado la muerte de hasta el 90 por ciento de la población indígena.

Para probar si la enfermedad había afectado los genes de inmunidad de los sobrevivientes, los científicos necesitaban ADN de personas que hubieran vivido en la época precolombina y hacer una comparación.

Los restos hallados en el chultún pertenecían a individuos nacidos antes de la llegada de los europeos, por lo que los científicos recibieron permiso para analizar una pequeña parte de los cráneos.

La comparación entre el ADN de los niños del chultún y de habitantes del pueblo de Tixacacaltuyub, a una hora de Chichén Itzá, no solo mostró la continuidad genética en la actualidad sino un aumento en la resistencia a la salmonella entérica.

Los científicos también dijeron que otros estudios genéticos previos mostraban que los ancestros de los mayas se habían trasladado a la región hace unos 9.000 años, por lo que junto al análisis de los restos del chultún, los resultados indican que la población de la península experimentó poca migración o intercambio genético desde la llegada de los primeros habitantes. (Sputnik)

Fuente:https://latamnews.lat/

Foto: Tomada de https://twitter.com/ChichenItzaMx

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