Buenos Aires.- Fernando Sabag Montiel, el hombre que el 1 de septiembre de 2022 gatilló una pistola a centímetros del rostro de la entonces vicepresidenta argentina y exmandataria (2007-2015) Cristina Fernández de Kirchner, reconoció el jueves ante la justicia que su objetivo fue asesinarla.
“Yo el día del atentado apunté a la cara. Gatillé una vez, no dos, y no le volví a dar recarga al arma porque fui interceptado”, aseveró el miércoles ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal nº 6.
En la primera audiencia del juicio, que se extendió por siete horas, el principal acusado reconoció que el intento de magnicidio podría haber derivado en Argentina en “una desestabilización, una temida guerra civil, un enojo grande de la sociedad”, pero que igual “la idea era matar a Cristina”.
“En el momento en que lo hago sentí que no lo quería hacer pero lo tenía que hacer”, consideró ante los tres jueces del tribunal.
En su exposición, Sabag Montiel se reconoció como cristiano y “apolítico antes que nada”, y señaló que el atentado lo llevó a cabo “con un fin personal y no para beneficiar a ningún sector político”.
“El incentivo por las cuales cometí el atentado no es por tener una posición en las antípodas del kirchnerismo o estar en un sector contrario; mantengo mi calidad de apolítico, es por un tinte personal”, insistió.
El autor material del intento de magnicidio, quien tiene 37 años y lleva tatuajes filonazis, justificó la decisión de atentar contra la expresidenta porque era “corrupta, roba y hace daño a la sociedad”.
De nacionalidad brasileña y residente en Argentina desde 1993, Sabag Montiel mostró durante la primera jornada del juicio una nota en un cuaderno en la que se leía: “me tienen secuestrado”.
El atacante está acusado del delito de homicidio doblemente calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, agravado por el empleo de un arma de fuego, en grado de tentativa, que está penado con hasta 25 años de cárcel.
También son juzgados su exnovia Brenda Uliarte, que fue imputada como coautora del mismo delito, y el líder de una banda a la que pertenecían, Nicolás Carrizo, procesado como partícipe secundario.
Sabag Montiel, en prisión preventiva desde el ataque, intentó deslindar de la preparación del atentado a su expareja.
“Con Brenda nunca compartimos la decisión de perpetrar el atentado (…) Yo la quería matar y ella quería que muera, pero yo nunca le planteé o le ordené que lo haga, ni le di el arma diciéndole ´hacelo vos´; ella quería ser una espectadora del momento más que una partícipe”, sostuvo.
En el comienzo del juicio, el secretario judicial leyó los cargos contra los tres acusados y requirió la elevación a juicio de la causa, de acuerdo a las pruebas presentadas por la fiscalía y las declaraciones de los imputados.
Al momento de intervenir, la querella y la fiscalía dieron cuenta de la preparación del ataque, con la lectura de los mensajes de texto que intercambiaron los acusados, en los que quedó revelado cómo adquirieron la pistola semiautomática utilizada contra la exvicepresidenta y cómo intentaron alquilar una propiedad cercana a su casa, situada en el barrio de Recoleta de la capital argentina.
El juicio, que se extenderá por los próximos seis meses, llamará a declarar a 277 testigos, incluida la expresidenta, cuyo testimonio tendría lugar a partir de agosto.
Las audiencias se celebrarán una vez por semana, cada miércoles.
Pese a que lo solicitó la querella, el juicio no indagará la posible vinculación de los acusados con un grupo radicalizado de ultraderecha llamado Revolución Federal, solicitud que defienden los abogados de la expresidenta.
El atentado contra la vicepresidenta es considerado el hecho de violencia política más grave desde el regreso de la democracia en 1983. (Sputnik)
Fuente:https://latamnews.lat/
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