Buenos Aires.- El Gobierno argentino anunció el traspaso de la deuda del Banco Central (BCRA), conocidos como pasivos remunerados, al Tesoro, bajo la órbita del Ministerio de Economía.
“Vamos a reemplazar los pasivos remunerados del Banco Central por pasivos del Tesoro”, puntualizó este viernes el presidente del Banco Central (BCRA), Santiago Bausili, durante una rueda de prensa con el ministro de Economía, Luis Caputo.
Los pasivos remunerados del Banco Central son bonos como los denominados pases, que antes eran conocidos como Lebacs o Leliqs, por los cuales la autoridad monetaria paga intereses que se abonan con la emisión de pesos argentinos.
El ministro de Economía explicó que las tres fuentes de emisión monetaria son el déficit fiscal, los intereses que el BCRA paga por los títulos de deuda y la compra de dólares por parte de este organismo.
El Gobierno de Milei está abocado a cerrar “el grifo del segundo canal de emisión (monetaria), que son los intereses que el Banco Central paga por los pasivos remunerados”, sostuvo el ministro de Economía.
En esta “segunda etapa del plan de estabilización”, Caputo destacó la voluntad del Ejecutivo de dar “mayor certidumbre y mayor solidez al programa económico”.
Éste es un intento de sincerar “a quién le corresponden estos pasivos”, intervino el presidente del BCRA.
A partir del lunes y durante dos semanas, las autoridades se reunirán con los bancos para llevar adelante este nuevo esquema de política monetaria.
Esta iniciativa es muestra de la voluntad del Ejecutivo para acordar un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que le permita acceder a fondos adicionales, más allá del préstamo de 44.000 millones de dólares que concedió el organismo al Gobierno del expresidente Mauricio Macri (2015-2019).
En una eventual tercera etapa, caracterizada por el crecimiento de la economía, el Gobierno procederá a desarmar las restricciones cambiarias que heredó y que mantuvo durante este tiempo, las cuales impiden la libre entrada o egreso de dólares del país y lleva a que haya una brecha creciente entre la cotización del dólar oficial y el que se obtiene en circuitos económicos.
El Gobierno pretende así sanear el balance del BCRA, explicó el titular del organismo.
La autoridad monetaria se ha visto en dificultades para comprar dólares en la últimas semanas, lo que lleva a que cierre junio por primera vez con un saldo negativo en la acumulación de reservas.
Caputo, que reconoció que el Ejecutivo llevó adelante un “programa de shock” que en los primeros seis meses de gestión ha tenido por ancla el superávit fiscal, afirmó que el programa económico no ha tenido “una consecuencia arbitraria negativa para la sociedad”, pese a la caída de la economía y al aumento de la desigualdad.
El ministro de Economía añadió que la depreciación del peso argentino en el mercado oficial continuará siendo del dos por ciento mensual.
El Ejecutivo de Milei impulsa un inédito plan de ajuste para lograr superávit fiscal y reducir la inflación, lo que ha llevado a una abrupta reducción del gasto público y a una licuación de los ingresos que ha provocado que la economía entre en recesión. (Sputnik)
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