Buenos Aires.- El Gobierno argentino insistió este martes en que no devaluará el peso pese a la creciente brecha cambiaria entre la cotización del dólar en el mercado formal y el informal.
“No vamos a devaluar, no nos vamos a correr de lo que anunció el ministro (de Economía, Luis) Caputo”, ratificó el portavoz presidencial, Manuel Adorni, durante su habitual rueda de prensa en la Casa Rosada.
Mientras el peso argentino volvió a depreciarse este martes 1,07 por ciento y aumentó a más del 52 por ciento su distancia con la cotización del dólar oficial, el portavoz del Ejecutivo aseguró que está garantizado el equilibrio de las cuentas públicas, la emisión cero y el rumbo económico.
Desde que asumió la actual gestión en diciembre, el dólar aumentó 16 por ciento, cuando durante el mismo período del Gobierno anterior, la divisa extranjera se encareció 160 por ciento.
“No damos un paso atrás ni siquiera para tomar impulso; vamos a seguir adelante no importa lo que digan”, enfatizó Adorni.
El funcionario señaló que el riesgo país llegó a estar en 2.900 puntos durante la gestión que presidió Alberto Fernández (2019-2023), mientras que en la actualidad se sitúa en 1.570 puntos.
“Ahora esos mismos cuestionan el nivel del riesgo país de estos días que, por supuesto, está explicado en un 100 por ciento por lo que ellos dejaron”, consideró el representante del presidente, Javier Milei.
En un país que mantiene el denominado “cepo”, como se conoce a las restricciones que impiden la libre entrada o egreso de dólares del país, la brecha cambiaria comenzó a aumentar en los últimos días.
El riesgo país, que se incrementó el lunes 3,43 por ciento, hasta alcanzar los 1.506 puntos básicos, volvió a aumentar durante este martes otro 3,77 por ciento.
El Banco Central se ha visto en dificultades para comprar dólares en la últimas semanas, lo que llevó a que cerrara junio por primera vez con un saldo negativo en la acumulación de reservas de 84 millones de dólares.
El Ejecutivo argentino impulsa un inédito plan de ajuste para lograr superávit fiscal y reducir la inflación, lo que ha llevado a una abrupta reducción del gasto público y a una licuación de los ingresos que ha provocado que la economía entre en recesión. (Sputnik)
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