Édgar Pedraza
Bogotá. – En un costado de la emblemática Plaza de Bolívar, bajo el cielo cargado de lluvia, resonaron los acordes del reggae. No era un concierto cualquiera; era un acto de solidaridad, un grito en defensa de un pueblo lejano pero presente en los corazones de muchos colombianos: Palestina.
Hace seis años, Colombia se convirtió en el último país de Sudamérica en reconocer oficialmente los territorios palestinos como un Estado independiente. Desde entonces, la causa palestina ha encontrado eco en las calles de Bogotá y en la Casa de Nariño, hogar del presidente, Gustavo Petro.
El viernes, en medio de controversias y críticas, la presidencia de Colombia organizó un evento sin precedentes: “Solidaridad y Cultura de la Paz para Palestina”.
La organización fue acusada por algunos medios como de “derroche”, pero Hollman Morris, gerente de RTVC y escudero de Petro desde su época de Congresista, defendió el evento.
“Nunca nos podrán acusar de ser cómplices o indolentes frente al genocidio que se vive en Palestina. Somos un sistema de medios públicos por la paz y los derechos humanos”, declaró Morris en respuesta a las críticas en medio de una entrevista periodística.
El escenario, montado frente a la majestuosa Catedral Primada de Colombia, congregó a miles de jóvenes. Entre ellos, Esteban Ramírez, un habitante de uno de los barrios más populares de la ciudad. Con su novia de la mano, y unas largas rastas, esperaba ansioso la presentación de King Changó, el grupo venezolano de reggae que se sumaba a esta causa.
“Viene por la banda y para apoyar no solo al presidente sino a Palestina, porque lo que está pasando allá es un genocidio y hay que alzar la voz”, afirmó a la Agencia Sputnik.
A espaldas de la estatua ecuestre de Simón Bolívar ondeaba una gigantesca bandera palestina con el mensaje “Alto al Genocidio”. El Congreso de la República, testigo mudo de las luchas históricas, se convertía en un símbolo de la posición de Colombia frente al conflicto en Oriente Medio.
La lluvia no amilanó a los asistentes. Tras un estricto control de seguridad, jóvenes y adultos se apiñaron frente al escenario donde las canciones de rock, hip-hop y cumbia acompañaron los cánticos en contra de Israel.
Luisa Rodríguez, otra joven asistente contó a la agencia que la motivación principal de ir al concierto fue apoyar, “así sea con música y gritos” al pueblo palestino, que en su visión “sufre la opresión del sionismo.
Para el Gobierno el concierto fue un éxito, debido a que cumplió con las expectativas, incluso el propio Petro resaltó la masiva afluencia. (Sputnik)
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