El sabiondo paquidermo
Todos los años se instalaba en la ciudad de México. Le llamaban la feria del hogar. Las familias emergentes asistían a encharcarse. Comprar los electrodomésticos para facilitar la vida en casa.
Al lado, en el terreno adjunto, el circo con animales vivos. Papá nos subió, desde la alta plataforma, en el lomo del elefante. Hay constancia del evento. En la imagen mi única hermana llora asustada. Nosotros sorprendidos del paseo por comenzar.
El cuidador nos llevo por el redondel. Luego bajamos por donde habíamos subido. El día en la capital era frío y húmedo. Lo demuestran las ropas usadas.
Nuestra experiencia profesional ha permitido conocer elementos de todas las variables. Del rebelde brillante al fresa sin sentido de vida. En ocasiones solo hace falta hablar el mismo lenguaje. Sin perder la posición de ejemplo.
De quien escribimos vive ahora en la Republica Popular de China. Estudió becada por la fundación de Michelle Obama en los Estados Unidos. Es brillante, competente y risueña.
El fin de semana pasado compartió el fin de semana. Mochilera de corazón en Tailandia. Aderezo las imágenes vestidas a la usanza del país. En las zonas de mayor riqueza visual. Como princesa de cuentos infantiles.
Como plus el paseo en el refugio de paquidermos. Entro con ellos a la charca. Los criadores le mostraron como convivir. Es impresionante la diferencia entre el mundo salvaje y el citadino.
Recordamos dos escenas dantescas. La de un entrenador maltratando y la de unos niños lanzando objetos a la manada de elefantes. En ambos sentidos, enrabiados los animales reaccionaron con su instinto nativo. Aplastaron a sus detractores.
Paráfrasis por delante. Esa mole política llamada PRI debe despertar a las bravatas de Alejandro Moreno. Ni cuatro ni ocho años. Ni un día más. La oposición debe brillar con inteligencia, sin servilismo.