Quito.- Entre las cuatro paredes de su celda en la cárcel de máxima seguridad de “La Roca”, en el suroeste de Ecuador, el exvicepresidente Jorge Glas (2013-2018) tiene una idea fija: suicidarse, algo que ya intentó el 8 de abril, tras su captura al interior de la embajada mexicana en Quito pese a tener un asilo político de ese Gobierno.
Tres meses después, el estado de salud mental de Glas es sumamente grave, según el informe de varios especialistas, incluyendo los del Ministerio de Salud Pública (MSP), presentado recientemente en una audiencia donde se le denegó un recurso de “habeas corpus”.
“El informe expresa que Jorge Glas piensa casi todo el tiempo en suicidarse y ha dicho que no quiere vivir más que no le interesa vivir; es más, a los abogados nos ha dicho que en las condiciones en que se encuentra privado de la libertad él prefiere morir”, dijo a la Agencia Sputnik el abogado Andrés Villegas, integrante del equipo defensor de Glas.
Villegas ratifica el contenido de los informes desestimados por el juez que resolvió el hábeas corpus, por lo que teme que, de permanecer mucho más tiempo bajo ese régimen estricto de reclusión, pueda haber consecuencias fatales para la integridad física y mental del exfuncionario.
“Él (Glas) considera que, para un hombre inocente, con sus altos ideales, es inadmisible la forma en que lo han tratado violando la ley y tratados internacionales para detenerlo. Tiene más de 20 investigaciones previas, tiene un proceso penal abierto, tiene dos condenas y para colmo dentro de la cárcel también se le irrespetan sus derechos”, apuntó el letrado.
La defensa de Glas presentó un “habeas corpus correctivo”, cuya finalidad era precautelar que a una persona que está recluida se le proporcione las medicinas y el tratamiento para sus enfermedades, pero también para que se evite alguna afectación psicológica.
Villegas señaló que para hacer esta solicitud rindieron testimonios especialistas en psiquiatría, salud mental y psicología clínica del MSP, quienes suscribieron que existe un diagnóstico de “F323”, lo cual es un episodio depresivo grave con síntomas psicóticos, que requiere de internamiento hospitalario.
“El encierro en una cárcel como La Roca lo que va a provocar es que esa afectación psicótica empeore y el riesgo de suicidio está latente, en cualquier momento puede pasar”, señaló.
“LAWFARE” Y VIOLACIONES
Tanto el equipo nacional como el internacional de defensa del exvicepresidente ecuatoriano coinciden en que este caso responde a un “lawfare” o judicialización de la política.
En 2018, el Lawfare Institute concluyó que existen indicios de la posible existencia de un caso típico de lawfare por la manera en la que Glas fue destituido y la errada interpretación que se ha efectuado del principio de ley penal más benigna.
Con este término ya se han descrito en Latinoamérica y también en Ecuador otros procesos contra adversarios políticos de los últimos tres gobiernos, como el caso del expresidente Rafael Correa (2007-2017), fundador del movimiento político Revolución Ciudadana (izquierda), al cual pertenece Glas.
“Es un caso de evidente persecución política, donde se ha orquestado a través de los medios. Primero es una judicialización mediática que luego termina en los tribunales y, gracias a la presión, pues se termina sentenciando a Jorge Glas”, aseguró a la Agencia Sputnik Sonia Vera, abogada del bufete Juscogens, asentado en Bruselas (Bélgica), y miembro del equipo internacional de la defensa del exfuncionario.
Glas gozaba de un régimen de pre-libertad (libertad con requisitos) tras cumplir seis años de una condena en su contra de ocho años por el caso Odebrecht y después de lograr la unificación de penas en el caso Sobornos 2012-2016, referido a un financiamiento ilícito de su organización política.
Más recientemente fue apresado por un tercer caso de presunta corrupción, en particular de peculado, mientras ejercía la función de presidente del Comité para la Reconstrucción de la provincia de Manabí, tras el terremoto de 2016.
“Es un caso totalmente endeble en el que maliciosamente la Fiscalía ha dividido el proceso”, expuso Vera.
Glas se ha declarado inocente de todos los cargos y denunció una persecución en su contra, debido a su afiliación política a la organización liderada por Correa y por sus denuncias contra el reparto de cargos y contratos por parte del expresidente Lenín Moreno, sucesor de Correa.
Según relató el propio Glas, al momento de su arresto fue secuestrado y sometido a actos de tortura y a tratos crueles, inhumanos, degradantes y vejaciones como la dislocación y posterior reposición de ambos pulgares.
También denunció el confinamiento en una celda sin luz, la prohibición de visitas, insultos constantes, la negación de medicamentos esenciales y el acceso restringido a comunicación telemática, y la constante vigilancia por parte de militares armados.
Su equipo defensor señaló en un informe que “estos actos constituyen una violación flagrante de los derechos humanos y un grave atentado contra la dignidad e integridad física y psicológica de Jorge Glas”.
El 12 de abril, la Sala de la Corte Nacional de Justicia reconoció que la detención del exfuncionario fue ilegal y arbitraria y subrayó la violación de procedimientos jurídicos al interior de la legación diplomática de México en Quito sin una orden de allanamiento, lo cual según la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, debería resultar en la liberación inmediata de Glas.
Sin embargo, mantuvo al exvicepresidente en prisión al tener pendiente de terminar de cumplir una pena de ocho años de cárcel por casos de corrupción.
Más recientemente, Glas denunció que no ha recibido atención médica especializada, pero la parte demandante dio a conocer que recibió 79 atenciones. Sin embargo, solo dos de estas habrían sido por su situación psiquiátrica y el resto para tomarle la presión arterial.
COMITÉ INTERNACIONAL A FAVOR DE GLAS
Recientemente se anunció la creación del Comité Internacional para la Liberación de Jorge Glas, el cual es coordinado por el político y diplomático boliviano Sacha Llorenti.
En declaraciones al programa digital “Palabra Abierta”, del periodista ecuatoriano Xavier Lasso, Llorenti aseveró que Glas es un rehén político y un “escudo humano” en la campaña electoral del presidente Daniel Noboa para su reelección el próximo año.
Llorenti argumentó su consideración citando las declaraciones del propio Noboa para justiciar por qué ordenó apresar al exvicepresidente al interior de la sede diplomática mexicana, pese a que con ello se violarían tratados internacionales como la Convención de Viena, entre otros.
“Si Glas hubiese escapado usando vehículos de la embajada y aviones del Gobierno mexicano, yo habría parecido muy débil para todos. Ahora que lo he hecho, me ven como muy duro. Es difícil contentar a todo el mundo, pero la mayoría de la gente en el país está feliz con esta decisión”, dijo el mandatario ecuatoriano al referirse al suceso en declaraciones públicas.
Como primera acción, el Comité solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la ampliación de medidas cautelares en favor del exvicemandatario ecuatoriano.
“Es un acierto (este comité internacional) por cuanto va a permitir movilizar a la opinión pública, visibilizar el caso y permitir contrarrestar también el sesgo con el cual los medios de comunicación tratan los casos de Jorge Glas y además los de Rafael Correa, y eso significa contrarrestar todas las noticias falsas y todas las mentiras con las cuales intentan debilitar la reputación de estos líderes progresistas”, señaló Villegas.
La carta a la CIDH expondrá los detalles de la captura del exfuncionario, tras la orden de Noboa, y solicitará una visita a la cárcel para constatar las condiciones de vida en “La Roca” y su estado de salud.
El abogado está convencido de que el apresamiento de Glas y los casos contra Correa tienen una finalidad evidente: que no puedan retomar su carrera política. (Sputnik)
Fuente:https://latamnews.lat/
Foto: Tomada de https://x.com/JorgeGlas
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