El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, descartó dialogar con el embajador de Estados Unidos en el país latinoamericano, Ken Salazar, acerca de la iniciativa de reforma al Poder Judicial, misma que fue criticada por el diplomático estadounidense.
“No [dialogaré con Salazar]. Es un asunto de los mexicanos y se está resolviendo en las instituciones de nuestro país”, contestó en conferencia de prensa, tras ser cuestionado sobre si trataría el tema con el funcionario estadounidense.
Asimismo, el mandatario mexicano refirió que es falso que los acuerdos comerciales bilaterales, en especial el T-MEC, que comparten con Canadá, corran peligro en caso de que se apruebe la propuesta en materia judicial. Este temor ha sido mencionado tanto por el embajador de EU como por grupos opositores.
“Le andan buscando la forma, dándole la vuelta, se andan por las ramas diciendo ‘es que como hay un tratado comercial, nos podemos meter’. ¡No! Si el tratado no es para que nosotros cedamos nuestra soberanía; es [de índole] comercial, para tener muy buena relación económica-comercial que nos conviene a las dos naciones”, puntualizó.
“[El T-MEC] no es para que México se convierta en un apéndice, en una colonia, en un estado asociado”, subrayó López Obrador.
De igual manera, el presidente mexicano reiteró que ni EU ni otros países pueden entrometerse en asuntos que son nacionales.
“Es un principio básico de independencia y soberanía. Es como si yo pido ir a Washington a dialogar sobre la venta de armamentos para hacer la guerra en el mundo. ¿Qué me tengo que meter yo?”, ejemplificó.
El 22 de agosto de 2024, el embajador estadounidense en México aseveró que, de aprobarse la reforma al Poder Judicial, se pondría en riesgo la democracia en la nación latinoamericana, así como la relación comercial entre ambas naciones.
“Creo que el debate sobre la elección directa de jueces en estos tiempos, así como la política feroz si se llegaran a aprobar las elecciones de jueces en 2025 y 2027, amenazan la histórica relación comercial que hemos construido, la cual depende de la confianza de los inversionistas en el marco legal de México”, expuso en un comunicado.
Días más tarde, el diplomático estadounidense moderó el tono de sus dichos y dijo que sus comentarios eran “en espíritu de colaboración”.
Esto provocó reacciones por parte del Gobierno mexicano. Por una parte, López Obrador hizo énfasis en la defensa de la soberanía e independencia de la nación que él encabeza.
Asimismo, la mandataria electa de México, Claudia Sheinbaum, refirió que el debate sobre la reforma al Poder Judicial del país latinoamericano solo corresponde a su población. Sputnik
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