El despecho
Todas las tardes es la cita. Pasa en el super de la zona sur de Monterrey. Los solicitantes y consumidores. No necesitan de frutas, como la piña. Eligen en el sector de vinos y licores.
Las palabras clave en la selección de cosechas. A la mirada viene la confirmación. Cada uno escapa rumbo al área de pago. Con la botella en mano. La caravana puede ir a una zona cómoda neutra o al hogar entre las residencias con acceso restringido.
Sucede también en San Pedro Garza García y Cumbres. Sin ser leyendas urbanas. Los lunes para serenar la ansiedad. Los martes después de la consejería matrimonial, cuando la relación se hunde en la tragedia cotidiana.
De jueves a sábado las llamadas entre amigas. El marido tiene pase de salida. Fiesta, fiesta, fiesta. Al antro de las épocas doradas. Entre los años 80tas y 90tas. Exclusivos para consumidores femeninas.
Cantan a la desigualdad de géneros. Entre tragos coquetos. Allanado el destino de la fractura irreparable. La selección discográfica de éxitos de Yuri, Lupita D´alessio, Karina, Alaska, Daniela Romo y Dulce.
Lagrima de pecho abierto. Amigas de mecha corta. Si entra algún varón al círculo de despechadas, es alguien de género fluido.
Inmaculadas las sensaciones. Habrá nuevos brazos y cuerpos para descubrir sin ninguna complicación. One nigth stand. Hormona serena. Secreto para no incluir en la confesión semanal. Comulgar ojos cerrados. Aburrimiento dominical. Misa anodina.
Ya mordieron el anzuelo de la miseria. Vida matrimonial de economía en auge. Contacto cara a cara. Sin la necesidad de aplicación informática. Si nos vimos, ya nos desconocimos.