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Gerson Gómez

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Chairo de levita

Sufragamos en el fraude monumental del 2006. Seguimos el conteo todo el día y la noche. Vivimos en carne propia la rabia de un robo. Como millones de mexicanos hasta revertir con falsedad a favor de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.

Para el 2012 nuestro voto no varió. La telepresidencia del hombre hecho a la medida. Andrés Manuel desplazado al segundo lugar. Ni modo. Tendríamos una tercera oportunidad en el 2018.

En múltiples de los mítines con la presencia. Igual en la Plaza de Villa de Santiago, en la plancha del Zócalo o en la Macro Plaza. Conocimos a Rosario Ibarra de Piedra. Los paseos de Alfonso Romo Garza en el templete.

Incluso antes de la formación de MORENA en Cintermex cubrimos con la pluma del cronista, el fallido primer intento de formación, imposición de liderazgo, de los privilegiados de Yeidcol Polensky.

Para entonces Waldo Fernández era diputado federal de la segunda circunscripción del PRD, luego coqueteó con el gobernador independiente, colocado en la representación de Nuevo León en la ciudad de México.

Camaleón sin dormir. Bypass. Chamaco maravilla de la colonia Bernardo Reyes. Destruyó el PRD hasta la perdida de registro. Negociante y Abogado de CEMEX.  Del modesto estudiante de Leyes a Millonario con oficinas permanentes, estudio de televisión y cuartel general en la zona preferente, de alto perfil, en la Colonia Obispado.

Al 2018 vimos nacer la esperanza. Andrés Manuel sacudió a Ricardo Anaya del PAN y al candidato oficial sin filiación Antonio Meade, economista neoliberal.

Por seis años vimos la transformación del líder. La imposición de agenda por encima de los medios. Su tenacidad hasta la locura de planes al sur del país. No estuvimos de acuerdo con el nombramiento en la CFE de Manuel Bartlett Díaz, ni de Judith Díaz al senado, ni de Waldo como principal de la formula.

Seis años después, una académica, mujer, incondicional y disciplinada política, tomará las riendas de un país en guerra civil contra los miles de trabajadores del crimen organizado.

Somos chairos de levita. Aspiro a un empleo de tiempo completo. Tenemos doctorado, auto seis años de antigüedad y ninguna propiedad, como millones de mexicanos.

Sin seguro social y sin aportaciones a nuestras cuentas personales de afores. Dando clases en escuelas patito. Arriba de la cincuentena de años vividos.

Claudia Sheinbaum podrá demostrar a quienes también votamos por ella, no el sesgo, sino la tierra de oportunidades, de piso parejo, para quienes aun con educación vivimos en el naufragio financiero de todas las semanas.

Amén.