San Pedro Garza García.- Un proyecto que desarrolló un sistema que acelera el crecimiento y la germinación de semillas, en busca de enfrentar condiciones climáticas adversas, como es el caso de sequías, elaborado por un equipo estudiantil de la UANL, obtuvo el primer lugar en la quinta edición del Premio a la Innovación Social Hambre Cero Nuevo León.
Los otros dos premios correspondieron a proyectos relacionados con la instalación de sistemas de purificación de aire donde se almacenan y transportan alimentos, así como el aprovechamiento del desperdicio de toneladas de tomate, también por equipos de la UANL.
Los equipos ganadores fueron Agranan, que obtuvo 100 mil pesos para desarrollar su proyecto; el equipo AirEtilFree, que recibirá 60 mil pesos; y Biosabores B.I.G., que se hizo acreedor a 40 mil pesos para desarrollar su proyecto.
El Premio a la Innovación Social es una destacada iniciativa organizada por el Comité de Universidades ‒coordinado por la UDEM‒ de Estrategia Hambre Cero Nuevo León, donde también participan reconocidas instituciones educativas: la Universidad Autónoma de Nuevo León, la Universidad Regiomontana y el Tecnológico de Monterrey.
Este proyecto cobra vida como respuesta a la imperante necesidad de involucrar a los jóvenes universitarios como protagonistas para que sean agentes de cambio, motivándolos a liderar la transformación en la lucha contra el hambre mediante la concepción y ejecución de proyectos innovadores que no solo despierten el ingenio y la creatividad, sino que también generen un impacto positivo tangible en la comunidad.
En la ceremonia de entrega del reconocimiento, participaron Marta Herrera González, secretaria de Igualdad e Inclusión de Nuevo León; Jean Gabriel Guerrero Dib, director de Identidad y Principios Institucionales de la UDEM; Blanca Castillo Triviño, directora del Banco de Alimentos de Cáritas de Monterrey.
Además, Dulce Alejandra Mora, subsecretaria de Protección Social y Oportunidades del Estado; Leticia López Villarreal, directora del Centro para la Solidaridad y la Filantropía de la UDEM; Alejandro del Bosque, en representación de Linda Angélica Osorio Castillo, directora de Responsabilidad Social de la UANL; y Leticia Treviño, directora de Relaciones Institucionales de la U-ERRE.
El evento se realizó la tarde del jueves, en la Sala de Claustro de la Universidad de Monterrey, ante directivos de diferentes universidades, instituciones aliadas, comunidad estudiantil e invitados especiales.
Herrera González afirmó que involucrar a las y los jóvenes en la problemática del hambre ha sido un factor clave para combatirla, ya que, desde hace cinco años, el trabajo conjunto con las universidades ha sido fundamental para diseñar premios que promuevan proyectos estudiantiles centrados en las personas y la innovación.
“Desde hace cinco años, de la mano con estas grandes universidades que realmente se pusieron las pilas y que trabajamos en conjunto este diseño de este premio, una iniciativa que realmente ha puesto al centro de las personas y que ha logrado que desarrollen proyectos estudiantiles a través de los jóvenes universitarios”, expuso.
La funcionaria estatal destacó que en Nuevo León existía desde entonces una situación de hambre, donde medio millón de personas habían vivido en estas condiciones desde hace años.
Agregó que, aunque el avance logrado en los últimos tres años ha sido notable, aún queda una meta de llegar a 230 mil personas más.
“Yo siempre he dicho que con que haya una sola persona que siga viviendo en pobreza alimentaria, que siga viviendo en pobreza extrema en Nuevo León, tenemos mucho trabajo que hacer todos los que estamos aquí”, indicó.
Desde 2019, más de 600 estudiantes han participado en 265 proyectos en este premio, muchos de los cuales han tenido un impacto significativo, aun sin ser ganadores.
Herrera aconsejó a los estudiantes insistir en sus proyectos: “Yo siempre he dicho, y le digo a los estudiantes cuando me visitan, enamórense del problema, no de su idea”.
“Hay que seguir impulsando este tipo de ideas innovadoras que tienen ustedes, que a través de sus asesores, a través de otros compañeros, que pueden irse sumando de otras facultades, podemos lograr mejorar esa idea y que realmente sea un proyecto ganador”, sostuvo.
Guerrero Dib enfatizó la importancia de la sensibilización y la acción social activa entre las comunidades universitarias, especialmente los estudiantes.
“Creemos que podemos formar, educar, no sólo en la conciencia, sino en la capacidad que tienen de cambiar nuestra realidad”, indicó.
Por su parte, Guerrero Dib subrayó la capacidad de las universidades para formar y educar a estudiantes conscientes y capaces de cambiar la realidad, y mencionó la cantidad considerable de comida desperdiciada, un problema que, de resolverse, podría evitar el hambre de millones de mexicanos: “en México, solamente en México, si no se desperdiciara comida, podríamos evitar el hambre que padecen siete millones de mexicanos”.
El directivo universitario afirmó que la colaboración interinstitucional entre el gobierno, la sociedad civil, el sector privado y las universidades es crucial para aliviar esta situación.
“Las universidades somos entes que podemos facilitar y articular el desarrollo de soluciones y de competencias colectivas para así aproximarnos a los problemas que sólo pueden aliviarse desde esta visión sistémica y de largo plazo”, apuntó.
Finalmente, Guerrero Dib expresó su satisfacción con el reconocimiento recibido, validando el compromiso social de la UDEM con la comunidad, centrado en humanizar la sociedad a través de la educación, la investigación y el servicio.
“Lo cual hacemos, entre otras estrategias, desplegando esfuerzos para reducir las desigualdades y porque hace realidad el sueño de nuestros fundadores de ofrecer a nuestra comunidad una universidad para el servicio, una universidad donde se viva la mística del servicio”, destacó.
Fuente: UDEM-eitmedia.mx
