Montevideo (Mesa Américas).- Un paleontólogo argentino halló en la provincia de Santa Cruz (sur) el fósil del renacuajo gigante más antiguo registrado, con una antigüedad de unos 165 millones de años, durante una expedición de búsqueda de restos de dinosaurios, informó el miércoles el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
El espécimen hallado pertenece a la especie Notobatrachus degiustoi, precursora lejana de las ranas y sapos actuales, y se trata del registro fósil más antiguo de un renacuajo a nivel mundial, dijo la entidad en un comunicado.
“Hallar este fósil fue una experiencia única en múltiples sentidos (…) Aunque estuvimos durante varias expediciones excavando, el descubrimiento no se produjo durante las largas jornadas de trabajo, sino que fue en el descanso para el almuerzo cuando tomé del suelo una laja cualquiera entre las miles que había y noté que había huesos e impresiones en la roca”, contó el becario posdoctoral del CONICET Matías Motta.
El paleontólogo formaba parte de un expedición encabezada por científicos del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” y de la Academia de Ciencias de China, centrada en la búsqueda de fósiles dinosaurios en la estancia La Matilde.
La especie, conocida desde 1957 por esqueletos hallados en la estancia, conserva rasgos “primitivos” que no están presentes en las ranas y sapos actuales, y el hallazgo de este renacuajo bien preservado es relevante porque permite entender la evolución de los anuros (grupo que incluye ranas, sapos y escuerzos).
“Algunos investigadores dicen que probablemente la mayoría de sapos antiguos no tenían una etapa de renacuajo. Demostramos que eso no es verdad”, dijo Mariana Chuliver, bióloga e investigadora de la Fundación de Historia Natural Félix Azara y primera autora del trabajo, a la página de divulgación científica Live Science.
La escasez de renacuajos en el registro fósil hizo que los orígenes y evolución temprana de la fase larval fueran enigmáticos, añadió Federico Agnolín, investigador del CONICET en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” y uno de los coautores del estudio.
De acuerdo al comunicado, a partir del análisis filogenético de larvas de anfibios, actuales y fósiles, la investigación permitió ubicar al renacuajo de Notobatrachus muy cercano al grupo que incluye a todos los anuros actuales.
Esto significa que la evolución de la etapa larval sufrió pocos cambios en 160 millones de años, concluyeron los investigadores, que añadieron que los análisis en las branquias indicaron que el renacuajo se habría alimentado de la misma forma que los modernos.
El fósil tenía registros de los tejidos blandos del renacuajo, sus ojos, branquias y nervios, según el estudio.
El renacuajo medía en vida unos 16 centímetros, lo que lo coloca muy por encima del tamaño de la mayor parte de los renacuajos vivientes, y con un largo similar a los adultos de la especie.
Esto lleva a los investigadores a concluir que ambos estadios del desarrollo alcanzaron grandes tamaños y que el gigantismo en renacuajos también estaba presente en los antepasados de los anuros. (Sputnik)
Fuente: https://noticiaslatam.lat/
Foto: Tomada de https://www.conicet.gov.ar/
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