La restauración del emblemático Arco de la Independencia en Monterrey entra en una etapa crucial con el descenso de la Alegoría de la Independencia, la figura de cobre que corona el monumento desde su inauguración en 1910.
Este proceso forma parte de un esfuerzo integral que busca no solo devolverle el esplendor a esta obra neoclásica, sino también asegurar su preservación a largo plazo.
La intervención, organizada por la Secretaría de Cultura de Nuevo León y coordinada por especialistas de la empresa Restáurika, combina técnicas modernas con un profundo respeto por los materiales originales.
El operativo, realizado en la madrugada para evitar contratiempos, involucró a diversas dependencias estatales, como Protección Civil y Seguridad Vial, además de expertos en restauración de metal y piedra.
Entre las acciones destacadas se encuentra la limpieza físico-química, la reparación de corrosión y la aplicación de una capa protectora a las piezas metálicas, incluida la Alegoría y las águilas ornamentales.
El proceso también contempla una revisión exhaustiva de los materiales pétreos en las etapas posteriores, garantizando una restauración completa para 2025.
En el marco del bicentenario de Nuevo León como estado libre y soberano, esta intervención no solo rescata un monumento clave del patrimonio histórico, sino que revaloriza su importancia cultural.
Desde su diseño original por el arquitecto Alfred Giles hasta las esculturas realizadas en cobre laminado por John Segesman, el Arco de la Independencia refleja una época y un legado que trascienden generaciones. La restauración marca un precedente en la preservación del patrimonio y asegura que esta obra continúe siendo un símbolo de identidad para la región.
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