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La Argentina de Milei, exitosa en finanzas pero con economía real postrada

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Ana Delicado Palacios

Buenos Aires.- La economía argentina muestra por estas semanas dos rostros discordantes: una actividad amesetada por el desgaste que ha provocado la recesión vigente desde el último trimestre de 2023, frente a unos mercados en plena euforia que le permiten al presidente del país sudamericano, Javier Milei, mostrarse ufano al terminar 2024 con poco más de un año en el Gobierno.

“La economía en este primer año logró equilibrar las variables financieras a costa de una desestabilización de la economía real”, afirmo en diálogo con la Agencia Sputnik el economista y director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso), Andrés Asiaín.

La consolidación financiera en 2024 vino de la mano de una baja del riesgo país inédita en cinco años y de una confluencia sin precedentes del cambio oficial del dólar y el que se cotiza en el mercado informal, por más que no sean libres ya que esa convergencia está supeditada al cepo, es decir, al control del Estado en la compra y venta de divisas extranjeras.

“Parte del secreto para estabilizar el mercado de cambios fue un ajuste brutal de la producción, tanto pública como privada, que llevó a que caigan los ingresos, los consumos, las ventas, la producción, la inversión y las importaciones asociadas a la producción”, valoró Asiaín, también docente de Macroeconomía en la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav).

Sin ingresos para mantener su nivel de consumo, la población comenzó a liquidar ahorros que en parte atesoraba en dólares, lo que generó un flujo que permitió estabilizar la divisa estadounidense, señaló este economista.

“El dólar estable fue combinado con un ajuste que derrumbó la capacidad de ampliar márgenes en las empresas por la caída de las ventas”, señaló Asiaín.

Ambos factores fueron claves para estabilizar la inflación, que se desaceleró en los últimos meses y en octubre marcó un salto de 2,7 por ciento respecto al mes precedente.

Sobre estas condiciones se generó una bicicleta financiera, como se conoce al hecho de cambiar dólares por pesos argentinos, invertirlos en un plazo fijo y cobrar los intereses con réditos mayores a los de cualquier inversión internacional; aquel que apostó a la moneda local desde enero, llegó a tener una rentabilidad del 45 por ciento en dólares.

La economista Candelaria Botto, directora de la asociación civil Economita, pide mirar toda la película, que empezó en diciembre de 2023, cuando Milei poco después de asumir depreció la moneda local más de 50 por ciento y se duplicó el precio del dólar de un día para otro.

Solo en el primer semestre, la pobreza saltó 11 puntos porcentuales, que en números representan a más de 5 millones de personas.

“Eso les permitió licuar los salarios y los gastos del Estado, lo que generó una transferencia de ingresos de los sectores pesificados a los que están dolarizados. Después mantuvieron ese tipo de cambio con una tablita de depreciación del peso de 2 por ciento mensual”, resumió.

El apoyo de los exportadores y los sectores dolarizados fue clave en un contexto en el que el ministro de Economía, Luis Caputo, habilitó la bicicleta financiera “porque tiene el dólar planchado y una tasa de interés en pesos positiva por encima de la tasa de devaluación”, puntualizó la economista.

En este esquema fue fundamental un proceso de regularización de activos no declarados que se extendió desde mediados de julio hasta el 8 de noviembre, y que hizo ingresar al sistema 22.517 millones de dólares, una cifra que representa la mitad del préstamo de 44.000 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional concedió al Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019).

En este escenario, “llegamos a fin de año con brechas cambiarias casi inexistentes, con un aporte muy grande de parte del blanqueo, pero también de los sectores exportadores, como el agro, y con una balanza energética mucho más positiva que años anteriores”, contabilizó Botto.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) elogió unas semanas atrás las políticas llevadas a cabo por Milei para estabilizar la economía, impulsando aún más el mensaje de que el ajuste era imprescindible.

La entidad destacó que en el primer semestre el Gobierno logró un superávit fiscal por primera vez en 16 años.

ECONOMÍA REAL

La actividad económica argentina, en cambio, no encuentra su traje de fiesta.

Ante la desregulación de los precios del combustible, de los alimentos, de los medicamentos y de la medicina privada, los ingresos quedaron sin amparo: la capacidad de compra del salario registrado perdió 3,7 por ciento entre noviembre de 2023 y septiembre, mientras que el empleado público cedió el 16,1 por ciento de su poder adquisitivo, y los ingresos no registrados, 20,1 por ciento, según el Centro de Estudios de Política Argentina (Cepa).

El ajuste del gasto público en el transcurso de este año, que ronda el 28 por ciento, incidió principalmente sobre la obra pública y los jubilados, que también experimentaron una pérdida en su poder de compra del 25 por ciento en los primeros nueves meses, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).

Los 261.000 empleos registrados que se perdieron en este año, según la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), se ensañaron sobre todo en dos sectores: la construcción, que recortó más de 66.000 puestos a raíz de la decisión del Ejecutivo de cortar la obra pública, y la industria manufacturera, que se desprendió de otros 29.600 empleos.

Si bien algunos rubros empezaron a mostrar un ligero avance, la producción industrial, por ejemplo, retrocedió dos por ciento interanual y disminuyó además 0,8 por ciento en el cotejo con septiembre, en su decimoséptima caída al hilo.

La industria manufacturera, en concreto, ha sufrido no solo la caída de las ventas y el ajuste, sino también el dólar barato y la apertura de las importaciones.

“Ésas son las dos patas del modelo y explican por qué puede haber una euforia financiera en un contexto de profunda crisis productiva”, retomó el director de Ceso.

Los sectores que repuntan están ligados al agro, la minería, al petróleo y al sector de la energía.

Esa leve mejoría viene de la mano de una inflexión en la caída de ingresos, “especialmente en el sector privado, que hace cinco meses que empezó a recuperar por encima de la inflación”, evaluó Asiaín.

Eso reactiva en parte, añadió, “el consumo y genera cierto movimiento de la actividad, junto con la estabilidad cambiaria que también da confianza para hacer algunas inversiones, primero financieras, y luego inmobiliarias”.

Los segmentos que están más atados al mercado interno, como la construcción y el consumo, siguen de capa caída.

“Hay una suerte de piso, pero no estamos en condiciones de hablar una recuperación, sino de un serrucho económico que es propio de estar en el fondo. Por ahí algún mes sume más, otro menos, pero en la comparación con el año pasado, siempre estamos más abajo”, destacó la directora de Ecofeminita.

Argentina es ahora muy cara en dólares. Que la cotización de la divisa esté atrasada ha creado una imagen recurrente en las provincias limítrofes: los viajes de compras que realizan los argentinos a Chile, Paraguay y a Brasil, país que además devaluó su moneda, lo que pone en mayores aprietos a las exportaciones argentinas para competir con las de su principal socio comercial.

Para sostener el tipo de cambio actual, el esquema financiero solo puede ser resuelto hacia adelante con una devaluación o con la toma de deuda.

“Esto muestra los límites que tiene este programa tanto en la economía real, que se apoya en una recesión para contener los precios, como en la economía financiera, donde estamos financiando que los dolarizados puedan hacer ganancias extraordinarias en un escenario de dólar planchado”, planteó Botto.

El modelo que instauró Milei podría encontrar sus desafíos a mediano y corto plazo, que para el director del Ceso tiene un plazo: seis meses.

“Gran parte de la estabilidad se ha basado hasta ahora en el ajuste, y la pregunta es cómo se sostiene ese equilibrio con una economía en reactivación”, incidió Asiaín. “Hace tres meses hay déficit en la cuenta corriente, y esto fue financiado en los últimos meses con el blanqueo de capitales, pero hay que ver hacia adelante cuánto se puede sostener”, agregó.

La apuesta del Gobierno es llegar a las elecciones legislativas del año que viene sin un sobresalto cambiario, que puede dispararse en cualquier momento si se revierte la confianza especulativa.

De momento, las ganancias en los mercados son a manos llenas, y Milei también festeja.

“En poco tiempo, la economía estará volando”, dijo Milei el 11 de noviembre. (Sputnik)

Fuente: https://noticiaslatam.lat/

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