La producción de automóviles en Italia por Stellantis cayó a su nivel más reducido en 68 años, publica el medio ‘Reuters’ citando datos del sindicato del sector. Las estadísticas se dieron a conocer después de que saliera a la luz que la fabricación por ese fabricante de autos, que posee cinco plantas en el país, había disminuido otro 37% en 2024.
De hecho, el cuarto mayor productor de automóviles del mundo, Stellantis —creado por la fusión de Fiat y la francesa Peugeot— fabricó solo 475.090 unidades en Italia en 2024, frente a las 751.384 de 2023, según datos de la Federación Italiana de Trabajadores del Metal (FIM-CISL, por sus siglas en italiano). En particular, la fabricación de automóviles de pasajeros cayó casi un 46% hasta su nivel más bajo desde 1956, mientras que la de vehículos comerciales nuevos descendió un 17%, se desprende del informe, publicado por el organismo.
Como resultado, el año 2024, caracterizado por “constantes paros de producción, con paradas completas de la línea de fabricación más de la mitad de los días productivos al año”, fue calificado en el informe del sindicato de “año negro” para ese gigante de la industria automotriz italiana.
De acuerdo con el medio, esta caída de la producción de Stellantis y sus homólogas europeas se debe a la debilidad de la demanda (especialmente de vehículos totalmente eléctricos), la incertidumbre regulatoria y la dura competencia de los fabricantes chinos.
Aunque en diciembre de 2024 esta empresa develó un plan para aumentar la producción, prometiendo invertir casi 2.000 millones de euros (2.100 millones de dólares al cambio actual), el crecimiento solo se espera a partir de 2026. Al mismo tiempo, la producción, por ejemplo, en la planta de Mirafiori en Turín cayó un 70% en 2024, y la de Maserati en Módena —el corazón del “valle del motor” italiano— arrojó resultados aún peores: un 79%, destaca el informe.
En tal contexto, los representantes del sector sostienen que a fin de salvar a los fabricantes, es importante revisar los objetivos de la Unión Europea para reducir las emisiones de dióxido de carbono de los automóviles, que deberían entrar en vigor a partir de 2025. Algunas de esas iniciativas de Bruselas, como la prohibición de los motores de combustión interna, ya se ha convertido en un punto de discordia dentro del continente.
La FIM-CISL, por ejemplo, anunció que se sumaría a una protesta prevista en Bruselas por la organización sindical IndustriALL Europe para el 5 de febrero, dos semanas antes de que la Comisión Europea devele su llamado “acuerdo industrial limpio”.
“Se trata de la batalla por Europa (…) Los países que van en solitario solo pueden perder”, declaró el líder de FIM-CISL, Ferdinando Uliano, resumiendo la crisis a la que se enfrenta la industria automovilística europea.
Fuente: https://noticiaslatam.lat/
Foto: Tomada de https://x.com/Stellantis/media
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