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La amenaza de Trump y el apoyo a los menores migrantes
Las recientes declaraciones de Donald Trump a nivel internacional, en las que promete “desatar el infierno” si el movimiento palestino Hamás no entrega a los rehenes israelíes para el sábado a mediodía, son un claro ejemplo del peligro que representa la retórica impulsiva de un líder mundial en una situación de conflicto. En una entrevista con Fox News, Trump declaró sin titubeos que “si no están, no están aquí”, dejando claro que, a su juicio, la falta de cumplimiento de los términos establecidos por Hamás desencadenaría una respuesta devastadora. Este tipo de pronunciamientos no solo agravan aún más la situación en una zona de alto conflicto, sino que también aumentan la incertidumbre y el temor a una escalada bélica de proporciones catastróficas. Si bien la violencia en Gaza y los recientes ataques de Israel ya han dejado huellas profundas, la amenaza de Trump pone en peligro aún más la estabilidad en la región, y el mundo entero debería temer las consecuencias de un ataque directo por parte de la potencia estadounidense.
Mientras los ecos de estas amenazas se hacen escuchar en el ámbito internacional, en México, y particularmente en Nuevo León, los esfuerzos para proteger a los más vulnerables, como los niños y adolescentes migrantes, se presentan como un ejemplo de cómo la política debería orientarse a la empatía y la justicia social. El diputado Tomás Montoya Díaz, miembro de la bancada de Morena, ha propuesto una iniciativa que busca un acompañamiento integral para los menores migrantes, independientemente de su situación legal en el país. Esta propuesta, que se adhiere al artículo 114 de la Ley General de Niñas, Niños y Adolescentes, pretende garantizar que estos menores no sean detenidos ni privados de su libertad por motivos migratorios, asegurando, además, su acceso a servicios de salud y educación sin restricciones.
La importancia de esta iniciativa radica en que se reconoce la vulnerabilidad de los menores migrantes, quienes muchas veces son sometidos a condiciones adversas que afectan su bienestar físico y emocional. Montoya Díaz destacó la necesidad de un entorno seguro para los niños y adolescentes migrantes, un enfoque que se refleja en el Protocolo de Atención Integral que se está impulsando. Este protocolo incluye servicios médicos, psicológicos y educativos, además de garantizar la reunificación familiar en caso de separación, el acceso prioritario a trámites de identidad y representación legal, y un proceso de integración social adecuado.