Durante el fin de semana, Monterrey y su zona metropolitana experimentaron una drástica disminución en la calidad del aire debido a la llegada de una tormenta de polvo procedente del estado de Coahuila, informó Alfonso Martínez Muñoz, secretario de Medio Ambiente de Nuevo León.
Según el funcionario, el fenómeno se desplazó rápidamente el 15 de febrero, impactando en cuestión de minutos a toda la región. “El viento arrastró una nube de polvo que ingresó al área metropolitana y generó un deterioro inmediato en la calidad del aire, lo que se pudo percibir desde cualquier punto de la ciudad”, explicó.
El sistema de monitoreo ambiental detectó un incremento alarmante en los niveles de contaminación, afectando principalmente a niños, adultos mayores y personas con padecimientos respiratorios. Cuatro estaciones de medición –Santa Catarina, Escobedo, San Nicolás y Monterrey– registraron niveles de aire en estado crítico, mientras que solo una mantuvo parámetros óptimos.
Este evento ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad urgente de reforzar estrategias de mitigación y prevención, con el objetivo de reducir la vulnerabilidad de la población ante episodios de contaminación extrema.
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