
Las mentiras del mexicano
Apelamos al buen decir. Incluso crear ídolos de falsa honestidad. Encumbrar hasta la zona de la toma de decisiones. Allá llegan mediante las urnas. Ni siquiera se cumple con la simplicidad de la encomienda.
Plagiar tesis de títulos de licenciatura. Ostentar nombramientos honoris causa. De triunfos inflados. Ennegrece el panorama.
Mata quien le da piso a la vaca. Como también sostenerle la pata. La pandemia mostró el hambre y la sed de justicia social.
En los mercados rodantes, los trabajadores llaman la atención del consumidor. El patrón se volvió loco, el patrón se volvió loco. Con eso atraen a lo incautos.
El periodista mentiroso inflama la memoria. Igual lo pescaron saliendo del hotel de carretera con su compañera de trabajo. Mientras en casa le espera su esposa y los hijos comunes.
Ahí va la dignidad en el lente de los infraganti.
La sexóloga de pacotilla al llamar a casa de su ex pareja. Amenazar a la madre del padre ausente. Decirle ojalá se muera pronto. Luego ofrecer platicas sobre la violencia de género. Abren la puerta de las instituciones culturales. Bendita sea María entre todas las mujeres.
Otra dama quedada en relación con el supuesto amigo del marido. Pide amistad a las conocidas del varón silenciado en sus asuntos. Primero las expuso en redes sociales. A ellas y hasta a sus descendientes. Al tiempo dice sororidad a la desvergüenza. Viva la desmemoria.
Andrés Manuel López Obrador también mintió sobre el pueblo bueno. Regaló 20 mil pesos para sobrevivir a los changarros. Desde sus mañaneras solapó el saqueo.
El 91% de los beneficiarios ni siquiera devolvieron un peso. Solo el 9% cumplió con su palabra empeñada.
Comprobamos el dicho nacionalista del lunes te pago. El prestamista sumó millones de pesos a la deuda del estado. Bailan la pieza macabra del populismo izquierdoso.