Con el objetivo de disminuir la congestión vehicular y agilizar el flujo del tráfico en la ciudad, el Ayuntamiento de Monterrey aprobó iniciar una consulta pública para modificar tres reglamentos municipales, entre ellos el de Tránsito y Vialidad. La principal reforma se enfocará en permitir que los conductores involucrados en accidentes menores puedan mover sus vehículos de manera inmediata, evitando obstrucciones en avenidas principales.
El alcalde Adrián de la Garza explicó que la modificación al artículo 140 del Reglamento de Tránsito busca agilizar los protocolos en caso de colisiones menores, especialmente durante horas pico. “La propuesta es que, en accidentes sin daños graves, los conductores no tengan que esperar a que llegue la patrulla de tránsito. Podrán mover sus vehículos a un lugar seguro donde no obstruyan la circulación”, detalló.
Además, se plantea el uso de dispositivos electrónicos para documentar los daños y el lugar del accidente, lo que permitirá agilizar los trámites con las aseguradoras sin afectar los derechos de los conductores para reclamar daños. “Queremos que este proceso sea más eficiente y seguro para todos los usuarios de las calles y avenidas de la ciudad”, agregó el edil.
La consulta pública, en la que podrán participar los ciudadanos regiomontanos con credencial para votar vigente, comenzará una vez que se publique en el Periódico Oficial del Estado y estará abierta durante 15 días. Las empresas aseguradoras también colaborarán en la difusión de estos cambios entre sus clientes, con el fin de informar sobre las nuevas disposiciones.
En la misma Sesión de Cabildo, los síndicos y regidores aprobaron consultar modificaciones a otros dos reglamentos: el del Sistema Municipal de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, y el del Interior del Ayuntamiento. Estos cambios buscan adaptar las normativas a las necesidades actuales de la administración, incluyendo la integración y funciones de las comisiones del Ayuntamiento.
Con estas reformas, el gobierno de Monterrey busca no solo mejorar la movilidad en la ciudad, sino también garantizar la seguridad vial y la eficiencia en la atención de incidentes de tránsito, contribuyendo a una mejor calidad de vida para los habitantes de la metrópoli.
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