
Como una forma de cuestionar el presente y fomentar el diálogo crítico sobre los temas históricos y su impacto en la actualidad, un grupo de académicos e investigadores ‒algunos de ellos de la Universidad de Monterrey‒ reunió sus reflexiones en torno al periodo de la Conquista, para establecer un precedente en futuras investigaciones interdisciplinares.
Estos trabajos son el resultado de una serie de conferencias que se tuvieron entre el 2017 y 2021 en el Museo de Historia Mexicana.
Con ellos, se formó el libro Deconstruir la conquista, Miradas desde la interdisciplinariedad, una compilación de esas investigaciones, coordinada por Bertrand Lobjois y Eduardo Matos Moctezuma, que fue presentado la noche del miércoles, en el Auditorio del Museo de Historia Mexicana.
Este volumen contiene nueve artículos que exploran desde múltiples disciplinas las complejidades de la Conquista, y fue editado por la Universidad de Monterrey y la Universidad de Las Américas en Puebla.
El libro fue presentado por Susana Lozano Viesca, docente de la Prepa UDEM Unidad San Pedro; Rodrigo Ledesma Gómez y Víctor Zorrilla Garza, ambos profesores del Departamento de Humanidades de la UDEM; y Alejandro Tapia Vargas, editor-consultor de la revista Spirituality in Clinical Practice; en el panel moderado por Lobjois, profesor de la Facultad de Educación y Humanidades de la UDEM.
Durante su intervención, Susana Lozano Viesca destacó la relevancia de las ciencias sociales y humanidades para comprender los contextos actuales a través del análisis de estructuras históricas que han perdurado en el tiempo.
“Para entender los momentos actuales es muy importante voltear hacia atrás y desde diferentes perspectivas y disciplinas también”, señaló.
La docente subrayó la necesidad, desde el punto de vista oficial, de figuras como Cuauhtémoc, vistas como símbolos de resistencia y transformación a lo largo de la historia nacional.
“Creo que Cuauhtémoc es una figura de resistencia… como de dejar atrás lo que nos hizo sentir oprimidos y traer lo que nos va a hacer sentir vencedores”, comentó.
Rodrigo Ledesma Gómez centró su exposición en la trascendencia del arte desde una perspectiva histórico-artística, vinculándola con los procesos culturales asociados a la Conquista.
Según afirmó, “vemos algún aspecto histórico artístico, pues nos permite trascender el arte como parte de las disciplinas humanísticas”.
El académico reflexionó sobre cómo ciertos personajes históricos, como Cuauhtémoc, han sido utilizados como símbolos de identidad nacional, aun cuando su interpretación tiene un trasfondo mítico.
“Cuauhtémoc es más mítico de lo que nos han metido en la cabeza… como un icono nacional de nuestra identidad”, añadió.
Víctor Zorrilla Garza argumentó que las humanidades son esenciales para mitigar las visiones simplistas de la realidad, promoviendo una comprensión compleja y bien fundamentada del pasado y del presente.
“Las humanidades… pueden aportar una visión de la complejidad de la realidad para no caer en visiones simplistas”, enfatizó.
El profesor destacó que las humanidades también permiten valorar los avances de la civilización actual, especialmente al considerar las dificultades de épocas pasadas.
“El estudio de las humanidades… nos puede dar esa perspectiva de cómo gozamos de una civilización muy avanzada”, afirmó.
Alejandro Tapia Vargas elogió el valor de las humanidades para interpretar fenómenos históricos dentro de un marco de larga duración, conectando eventos y culturas a través del tiempo.
“Creo que las humanidades… nos han dado esta experiencia de larga duración”, explicó.
El editor-consultor invitó al público a leer el capítulo escrito por Susana Lozano Viesca dedicado a Xicoténcatl, el cual ofrece una crítica sobre cómo se interpretan figuras históricas desde perspectivas nacionalistas.
“Hace un análisis de cómo a lo largo de la historia se ha visto a este personaje… y cómo cobra cierto valor según el momento histórico”, recomendó.
Bertrand Lobjois profundizó en el concepto de deconstrucción, explicando su utilidad para cuestionar jerarquías interpretativas y entender la Conquista como un fenómeno complejo y dinámico.
“El término Conquista como tal es un término fluido, que no es un término fijo, sino que refleja unas realidades muy diversas, muy complejas; entonces, eso supone que vamos un poquito como los salmones, vamos contra la corriente, incluso contra la corriente oficialista; el trabajo de un humanista, de un científico social, pues es también de ir en contra de las interpretaciones que se proponen en este sentido”, sostuvo.
El coordinador del libro subrayó la importancia de abordar la Conquista desde múltiples disciplinas, incluyendo incluso áreas como las ciencias exactas, para obtener una visión integral.
“Deconstruir significa acatar diferentes áreas de conocimiento, no solamente ver la cuestión de la Conquista desde la historia, sino ver justamente qué se puede aportar desde otras disciplinas, incluso de ciencias exactas”, destacó.
El panel coincidió en que este libro es una herramienta valiosa para repensar narrativas establecidas, desafiando interpretaciones oficialistas y abriendo espacio para nuevas perspectivas.
“Vamos contra la corriente… el trabajo de un humanista es ir en contra de las interpretaciones que se proponen en este sentido”, añadió Lobjois.
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