Mientras las familias se preparan para el descanso de Semana Santa, el gobierno de Nuevo León puso en marcha un operativo que busca garantizar la tranquilidad de quienes decidan recorrer los paisajes de la entidad. Con más de 860 elementos desplegados en carreteras, puntos turísticos y áreas naturales, la estrategia incluye no solo presencia terrestre, sino también aérea, con helicópteros y unidades especializadas. El mensaje del gobernador Samuel García fue claro: la prioridad es prevenir accidentes y evitar incendios forestales en un año donde la sequía ha sido particularmente severa.
Pero mientras el estado se prepara para este periodo de descanso, también avanza en una agenda económica que busca posicionarlo como un referente tecnológico. La reciente gira del mandatario por Europa dejó más que promesas: inversiones concretas de empresas como Volvo, Unilever y Lego, que suman miles de millones de dólares y empleos con salarios competitivos. Sin embargo, el objetivo va más allá de atraer capital. Nuevo León parece decidido a dejar atrás el modelo maquilador para convertirse en un centro de innovación, especialmente en inteligencia artificial y robótica.
El contraste entre ambos anuncios refleja la dualidad de un estado que, por un lado, protege a sus ciudadanos en el presente y, por otro, apuesta por un futuro donde la tecnología sea el motor de desarrollo. La pregunta que queda en el aire es si estas estrategias, aparentemente distantes, lograrán converger en un proyecto que beneficie a todos los neoleoneses. Por ahora, el camino parece trazado: seguridad para hoy, innovación para mañana.
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