
Los últimos barcos de carga con productos chinos libres de los aranceles de hasta 145% impuestos por el Gobierno del presidente Donald Trump están llegando a los puertos del país norteamericano, reportó la cadena ‘CNN’.
Se trata de bienes que salieron de los puertos chinos antes del 9 de abril, cuando entró en vigor la nueva disposición de la Administración estadounidense de colocar gravámenes de hasta 145% los productos provenientes del gigante asiático.
Funcionarios portuarios, empresarios de compañías de logística y transportación y comerciantes entrevistados por la cadena de noticias expresaron preocupación e incertidumbre sobre la viabilidad de sus negocios una vez que se reduzca el flujo de productos de China, el segundo socio comercial más importante de EEUU, después de México.
“Para muchos importadores, resulta demasiado caro hacer negocios con China”, señaló la televisora norteamericana. “Es de donde los estadounidenses obtienen la mayor parte de la ropa, calzado, productos electrónicos y microchips, que alimentan electrodomésticos, termostatos y cualquier otro dispositivo que emita sonido”.
De acuerdo con CNN, las compañías se enfrentan a una difícil decisión: seguir vendiendo productos de China a más del doble de sus precios anteriores o simplemente dejar de ofrecerlos al público.
“A partir de la próxima semana comenzaremos a ver las llegadas tras el anuncio de aranceles del 2 de abril”, declaró Gene Seroka, CEO del Puerto de Los Ángeles, donde casi la mitad del negocio proviene de China, entrevistado por la cadena de noticias. “La carga que llega a Los Ángeles disminuirá 35% en comparación con el año pasado”.
Se espera que las importaciones a EU durante el segundo semestre de 2025 disminuyan al menos 20% interanual, según la Federación Nacional de Minoristas.
La caída desde China será aún más marcada: JP Morgan prevé un descenso entre 75 y 80% en las importaciones procedentes de ese país, señaló CNN.
“Si no se reemplaza fácilmente con importaciones de otros países, un colapso de esta magnitud no solo aumentaría drásticamente los precios, sino que también perturbará significativamente las cadenas de suministro“, detalló JP Morgan en su informe.
Eso significa menos trabajo, precios más altos en los estantes y menos opciones para los consumidores.
“Muchos minoristas importantes nos han informado que actualmente cuentan con un suministro de inventario para entre seis y ocho semanas”, dijo Seroka a CNN. “Tanto los fabricantes como los consumidores estadounidenses tendrán que tomar decisiones difíciles en las próximas semanas y meses si no cambian las políticas”.
Fuente: https://noticiaslatam.lat/
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