
Lucía Barrios
Montevideo (Mesa Américas).- En un contexto internacional marcado por la nueva política arancelaria de EU, el sector agropecuario del Mercosur observa con atención los impactos y las oportunidades que se abren para los productores de la región, dijo a la Agencia Sputnik el vicepresidente de la Federación de Asociaciones Rurales del Mercosur (FARM), Jorge Andrés Rodríguez.
“EU está reordenando las fichas del comercio global. En ese marco, los países del Mercosur intentan posicionarse lo mejor posible. Es un escenario de mucha volatilidad que hay que analizar con suma cautela, ya que no se puede mirar con faros largos hacia el futuro”, afirmó Rodríguez, quien también es presidente de la Federación Rural en Uruguay e ingeniero agrónomo.
El referente gremial de los productores del Mercosur señaló que más allá del contexto actual, la FARM no pierde de vista las chances de fortalecer vínculos tanto con China como con EU, que hasta el domingo estuvieron enfrascados en una guerra arancelaria que repercutió en todo el mundo.
Consultado sobre si las medidas impulsadas por Trump podrían reforzar todavía más el intercambio comercial del bloque con China, Rodríguez aseguró que “no está claro que sea así”.
Asimismo, destacó que la región enfrenta una situación desafiante: por un lado, los aranceles estadounidenses a productos chinos abren una ventana de oportunidad para los granos y la carne del Mercosur, al mejorar su competitividad.
“El sector agropecuario se ha visto un poco beneficiado por los precios de la carne y los granos. El problema es que como toda guerra comercial, es de corto plazo, (entonces) no podemos establecer relaciones de larga duración y eso es lo que pone en riesgo de armar negocio o cadena de valores en función de estas situaciones porque pueden cambiar de un día para el otro”, indicó.
Por otro lado, aseguró que “al no tener un tratado de libre comercio con EU, cada barrera que se impone es una baja en el precio. Y con los costos que tenemos, eso reduce el margen y perjudica nuestra inserción. Si esto persiste en el largo plazo, perjudica mucho”.
Washington impuso desde el 5 de abril un arancel mínimo del 10 por ciento a todas las importaciones y a partir del 9 de abril tarifas más altas a los países con los que EU tiene los mayores déficits comerciales, aunque luego aplazó estas últimas por 90 días mientras negocia acuerdos en el tema.
En el caso de China, la decisión primaria de aumentar un 34 por ciento el arancel desató una guerra comercial entre ambos países.
Así, los aranceles estadounidenses sobre los productos chinos alcanzaron el 145 por ciento, mientras que las tarifas de China sobre las importaciones estadounidenses llegaron al 125 por ciento.
No obstante, el domingo ambos países acordaron reducir al 10 por ciento los aranceles recíprocos por un plazo de 90 días, mientras continúan las negociaciones.
El presidente de EU, Donald Trump, dijo que, en caso de que fracasen estas negociaciones, no volverá a aplicar aranceles del 145 por ciento, pero adelantó que serán “significativamente superiores” al 10 por ciento.
¿TLC CON CHINA O EEUU?
El vicepresidente de la FARM subrayó que la estrategia de inserción internacional debe partir de una premisa: diversificar mercados y no cerrarse a ninguna posibilidad. En ese sentido, afirmó que tanto un tratado de libre comercio (TLC) con China, como uno con EU, podrían ser beneficiosos, pero “con reglas claras, con participación de todos los actores y pensando en toda la sociedad”.
Sobre China, Rodríguez recordó que “en su momento Uruguay abrió la puerta (a un TLC), pero el proceso retrocedió con la escalada arancelaria”.
Asimismo, dijo que todos los países tienen balanzas comerciales “muy disímiles” con el gigante asiático.
“La región siempre mira a lo que es Asia y si podemos lograr alguna diferencia con EU, bienvenido sea. Creo que el cambio de Gobierno en Argentina juega un poco en contra de avanzar en relaciones de tratados de libre comercio con China, porque obviamente hay un acercamiento con Washington. Veremos qué pasa en Brasil”, señaló.
Sobre EEUU, consideró que “el sector agropecuario vería con buenos ojos avanzar hacia un TLC”, aunque admitió que hoy no lo ve factible a nivel de bloque.
“Algunos países, como Argentina, están dando pasos rápidos hacia ese lado y eso puede generar desequilibrios. ¿Qué pasa si bajan sus costos y nosotros no?”, se preguntó.
ACUERDO CON UE
Consultado sobre las exigencias ambientales que plantea la Unión Europea (UE) como parte del acuerdo comercial con el Mercosur, Rodríguez fue enfático: “Nuestros países tienen sistemas productivos muy distintos y más ricos en biodiversidad que los europeos. Nos exigen cosas que ellos mismos destruyeron y ahora intentan regular. Lo importante es que se reconozcan nuestras normativas y nuestra forma de producir”.
El ingeniero agrónomo consideró que es necesario que los Gobiernos de la región “hagan valer” la mirada de los productores y las legislaciones de los países; asimismo, remarcó que el sector agropecuario está preparado para enfrentar las exigencias de sostenibilidad que impone la UE.
“El tema mayor es que ellos dudan de lo que hacemos nosotros, porque lo desconocen. Las autoridades y las gremiales tenemos que mostrar al resto del mundo cómo hacemos las cosas”, añadió, y aseguró que “las gremiales del Mercosur siempre insisten en trabajar en el acuerdo” con la UE.
El 6 de diciembre de 2024, la UE y los socios del Mercosur acordaron el texto de un TLC en una cumbre celebrada en Montevideo.
Ahora, el acuerdo debe ser aprobado por la Comisión Europea, luego por el Parlamento del bloque y finalmente por los poderes legislativos de los miembros plenos del Mercosur: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
El tratado enfrenta principalmente la oposición de Francia, que entiende que su sector agropecuario se vería perjudicado.
De concretarse, se conformaría una zona de libre comercio de más de 700 millones de personas.
OTROS MERCADOS
Sobre el futuro, Rodríguez consideró que el camino está en seguir abriendo puertas y fortalecer la presencia en Asia.
“Los países asiáticos representan una gran oportunidad. No tenemos volumen como Brasil, pero Uruguay puede diferenciarse por calidad. Hay mercados dispuestos a pagar mejor si mantenemos altos estándares, lo que puede ser los lácteos, la carne, los granos”, añadió.
Consultado sobre un posible intercambio entre Rusia y el Mercosur, aseguró que si se termina el conflicto en Ucrania, Moscú pasaría a ser un “potencial mercado”.
CASO URUGUAYO
Respecto al impacto de los aranceles en Uruguay, Rodríguez consideró que la “principal ventaja” del país sudamericano es que no está en el “radar” de EU, ya que no tiene poder de incidencia en el mercado de la nación norteamericana.
“Por tanto, tenemos que ver cómo capitalizarnos. Debemos seguir trabajando con China, logrando ventajas. Lo mismo con EU. Pero la situación no es igual para todos los países del Mercosur”, explicó.
Rodríguez destacó que EU en este momento es el principal mercado para Uruguay en la compra de carne, desplazando a China del primer puesto, gracias a que el país norteamericano tiene déficit de este producto y está pagando un mayor precio por este.
“Vamos camino a ser el principal mercado de EU y no (el de) China, como fue el año pasado. Sin duda que de alguna manera nos hace prestar atención y tener una posición bastante más cautelosa. Estamos todavía en plena negociación”, concluyó. (Sputnik)
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