
El director del Espacio Cultural San Lázaro, Elías Robles Andrade, encabezó en San Lázaro el conversatorio “Apicultura en México: de la sequía y otras realidades”, en el marco del Día Mundial de las Abejas, que se conmemora el 20 de mayo.
Reiteró la importancia de la apicultura y la polinización en México, ya que es un país con una gran producción agrícola.
Omar Cortés Macías, secretario técnico del Espacio Cultural San Lázaro, destacó la relevancia de estos eventos para divulgar la realidad de la apicultira en México.
Refirió que México es el sexto productor mundial de miel, ya que genera alrededor de 62 mil toneladas de miel al año. Asimismo, 85 por ciento de la miel mexicana se exporta a la Unión Europea y otra parte a Estados Unidos, lo que genera ganancias de hasta 300 millones de dólares anuales; no obstante, enfatizó, los pequeños productores nacionales presentan grandes desafíos.
Alejandra Gutiérrez Rodríguez, médico veterinaria zootecnista, de la Universidad del Estado de México y apicultora, resaltó el papel fundamental que juegan las abejas en el ecosistema, ya que transportan el polen a las flores y a las plantas.
Agregó que además de las abejas, las moscas, los escarabajos, las mariposas, colibrís, murciélagos y otro tipo de aves, son polinizadores.
Expuso que para preservar a las abejas se requiere no sólo proteger a la biodiversidad, sino aprender a convivir de manera armoniosa con la naturaleza y estar conscientes del impacto de las acciones humanas, porque las abejas cumplen una labor primordial, pues son responsables de la reproducción de muchas plantas.
“Cada abeja recoge néctar y polen y ayuda a polinizar el 84 por ciento de los cultivos que nosotros consumimos”, señaló.
Gutiérrez Rodríguez señaló que si desaparecieran las abejas el rendimiento agrícola sería mucho menor; el 60 por ciento de los productos agrícolas y el 90 por ciento de las flores silvestres podrían desaparecer.
Por ello, lamentó que las poblaciones de abejas estén disminuyendo en todo el mundo en las últimas décadas, debido a la pérdida de hábitat, justo por las prácticas agrícolas intensivas, en las que, en lugar de recurrir a la polinización, fertilizan los cultivos.
José Juan Alcivar Saldaña, doctor en ciencias y profesor de apicultura de la UNAM, aseveró que la sequía y la pérdida de la capacidad del suelo de retener la humedad han generado la reducción de los periodos de floración y producción de miel y otros insumos como el propoleo, polen o jalea, como ocurrió el año pasado en la zona norte del país.
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