
Kiev no concluirá un acuerdo de paz para resolver el conflicto, opina el exoficial de inteligencia estadounidense Scott Ritter. En sus palabras, Ucrania no se pertenece a sí misma, también hay intereses de otros países.
“Por eso el proceso de paz está condenado al fracaso. Para lograr la paz, ambas partes deben quererla. Ucrania no la quiere”, subraya el analista.
Según él, Ucrania no es el bastión de la democracia que sus socios quieren hacer ver, sino solo una herramienta para intentar derrotar a Rusia. Por lo tanto, continúa el experto, a nadie le importa este país, ni siquiera a los propios ucranianos.
Al mismo tiempo, Ritter considera que Moscú tiene una ventaja absoluta sobre Kiev tanto militarmente como en términos de negociaciones.
“Creo que [Rusia] acabará con Ucrania y les hará aceptar una rendición incondicional”, concluye. El 16 de mayo, en la ciudad turca de Estambul, se celebraron negociaciones entre Rusia y Ucrania, por primera vez desde 2022, cuando el contacto fue interrumpido por Kiev. La delegación rusa señaló estar satisfecha con el resultado del diálogo con la parte ucraniana. La iniciativa fue anunciada por el presidente ruso, Vladímir Putin, quien propuso a Kiev retomar los contactos directos sin condiciones previas, con el objetivo de llegar a una posible solución del conflicto ucraniano.
Tras la reunión, los países anunciaron un intercambio masivo de prisioneros de guerra bajo la fórmula 1.000 por 1.000. Moscú y Kiev también acordaron presentar en las consultas su visión de un posible alto al fuego.
Se llevaron a cabo tres intercambios en tres días consecutivos. El primer fue realizado el 23 de mayo, cuando 270 soldados y 120 civiles rusos, incluidos los residentes de la región de Kursk que han sido capturados por las tropas de Kiev durante su incursión, volvieron a la Patria. Durante el segundo y el tercer canje, las partes intercambiaron 307 y 303 militares por cada parte. Sputnik
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