
De un jalón
Nos dice sobre la legalidad de un acordeón. Colaborar para la votación del domingo para elegir magistrados y jueces. Lo hacen de manera cínica. Todos sabemos la coerción para votar por una lista de candidatos conocidos. De personajes espejo para ayudar a Nuevo León.
Lavatorio de manos. La responsabilidad recae en los servidores públicos. Hacerlo libremente. Guiados por el código QR de los palomeados.
En todas las áreas de gobierno, los sindicalizados, ya recibieron línea. De otra forma estarán a disposición de las regiones. Congelados o como trabajadores rebeles a los designios del honorable señor gobernador Samuel García.
Evitar sufragar tampoco invalidará la elección. La modificación en el poder judicial es necesaria. Antes los partidos políticos hacían las propuestas. Negociaban por debajo de la mesa.
En el conteo de músculo, de barajitas de representación en el senado y el honorable congreso de la unión. Solamente ingresaban aquellos favorecidos con anterioridad.
Los audios en nuestro poder no legitiman la cargada. Conducen al sesgo social. A movilizar toda una entidad de manera caótica.
De las seis boletas para elegir resulta imposible conocer a todos. Ni siquiera los mismos contrincantes alcanzan a dimensionar la podredumbre o la mala praxis de los promotores del voto.
Otra pifia. Otro momento de mala enseñanza para la historia reciente de un gobierno mal avenido. Controvertido por la inactividad de las condenas en los expedientes ya en firme.
Votar por el menos malo es indistinguible. Exigir el cese de la presión de los criminales electorales.
Consignarlos con rostro, nombre y puesto. Solo así estaremos libres. De un jalón. La decisión de participar o no, queda en las conciencias. No en los prestamistas del voto impositivo.