Los productores de maíz en Sinaloa enfrentan una crisis sin precedentes. Con precios desplomados y el mercado inundado de grano extranjero, la cosecha local se vuelve insostenible, poniendo en jaque la economía rural y la soberanía alimentaria de México.
Agustín Espinoza Lagunas, secretario general de la Coordinación Organizadora de la Unidad Campesina (COUC), advirtió que los agricultores sinaloenses sufren pérdidas millonarias en este cierre de ciclo. El precio actual del maíz apenas alcanza los 6,200 pesos por tonelada, muy por debajo de los 7,000 pesos necesarios para cubrir costos y garantizar un ingreso digno.
La raíz del problema, según Espinoza Lagunas, es la avalancha de maíz amarillo importado, principalmente transgénico, que inunda el mercado justo cuando los campesinos comercializan su cosecha de maíz blanco. Aunque en febrero de 2025 se eliminó la prohibición al maíz transgénico para consumo humano —tras una resolución del TMEC—, el líder campesino insistió en que esta decisión solo ha agravado la vulnerabilidad del sector.
“Algunos insisten en que no hay pruebas contundentes sobre riesgos a la salud, pero en un país donde el maíz es la base de nuestra dieta, las dudas persisten”, declaró. Sin embargo, subrayó que el verdadero peligro es el golpe económico a los productores, quienes exigen políticas que protejan su trabajo en lugar de beneficiar intereses ajenos.
La COUC urgió al gobierno a tomar medidas inmediatas: estabilizar precios, regular las importaciones y respaldar al campo mexicano. De lo contrario, advirtieron, el sacrificio de los agricultores locales solo enriquecerá a unos cuantos, mientras se erosiona la soberanía alimentaria y el futuro del campo.
