En el corazón del Casco de San Pedro Garza García, una antigua capilla de adobe ha recobrado vida. El emblemático inmueble, representativo del estilo vernáculo norestense, fue reabierto al público luego de un proceso de restauración que no solo rescató su estructura original, sino también su valor simbólico para la comunidad.
La Secretaría de Cultura municipal anunció que el edificio se transformará en un espacio para actividades culturales, artísticas y académicas. “Hoy no solo se recupera un espacio, sino un símbolo que es punto de referencia para los vecinos del Casco, que hoy se transforma en un espacio vivo”, expresó Alejandra Álvarez, titular de la dependencia.
El proyecto fue resultado de la colaboración entre el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Gobierno del Estado a través de la Coordinación de Patrimonio Cultural, y el propio municipio. Durante la ceremonia de reapertura, autoridades estatales y federales destacaron el compromiso de San Pedro con la preservación del patrimonio.
“Reconocemos los esfuerzos del gobierno municipal por conservar inmuebles con valor histórico y cultural en beneficio de los ciudadanos”, señaló Ana Cristina Mancillas, coordinadora estatal de Patrimonio Cultural.
Martha Ávalos, delegada del INAH, subrayó la relevancia de abrir el espacio a la comunidad e invitó a conocer tanto su historia como los detalles del proceso de restauración. Confirmó además que se trata de una capilla doméstica construida entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, descartando que haya pertenecido a Mónica Rodríguez, como se pensaba.
Con esta iniciativa, el municipio apuesta por la recuperación del patrimonio como punto de encuentro para la cultura viva. Al concluir el acto, se reiteró el llamado a los sampetrinos a apropiarse del espacio, participar en su programación y sumarse al esfuerzo colectivo por mantener viva la memoria histórica del lugar.
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