La tardía impugnación del PRI: ¿estrategia o desesperación?
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) finalmente presentó su impugnación ante el Instituto Nacional Electoral (INE) para cuestionar los resultados de la elección judicial, un acto que muchos consideran llegó demasiado tarde. La pregunta obligada es por qué esperaron tanto si, como aseguran, las irregularidades fueron evidentes desde el primer momento.
Alejandro Moreno, acompañado de miembros del Congreso y del Consejo General del partido, acudió a las oficinas centrales del INE para entregar formalmente la solicitud de Juicio para la Protección de los Derechos Político-Electorales. El dirigente priista afirmó que las pruebas son contundentes: acordeones distribuidos en casillas, manipulación del proceso y resultados preestablecidos. “Son evidencias públicas que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tendrá que valorar”, declaró.
Sin embargo, la demora en presentar esta impugnación genera dudas sobre la seriedad de sus reclamos. Si las irregularidades fueron tan flagrantes, ¿por qué no actuaron de inmediato? Moreno aseguró que, de ser necesario, recurrirán a instancias internacionales como la OEA, la ONU o la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Pero este anuncio parece más un intento por mantener viva una batalla que, desde el principio, se percibe como perdida.
El PRI enfrenta un dilema: si realmente busca justicia electoral, su tardanza lo debilita; si solo pretende mantener una narrativa de victimización, el desgaste político podría ser mayor. El tiempo, y las decisiones del TEPJF, dirán si esta impugnación fue una estrategia o simplemente un acto de desesperación.
