Productores del campo en Sinaloa alzaron la voz para denunciar los graves daños que la importación de maíz transgénico está causando a la agricultura nacional, alertando que esta práctica amenaza directamente la soberanía alimentaria y pone en riesgo la subsistencia de miles de familias campesinas.
Agustín Espinoza Lagunas, secretario general de la Coordinación Organizadora de la Unidad Campesina en el estado, expresó que las importaciones indiscriminadas, muchas veces subsidiadas en sus países de origen, están desplazando la producción local y hundiendo los precios. “Nuestros campesinos ya enfrentan múltiples dificultades: altos costos de insumos, escasez de agua, efectos del cambio climático y falta de apoyos reales. Aunado a esto, compiten contra importaciones que llegan en condiciones injustas y que los empujan a la quiebra”, advirtió.
El dirigente pidió a las autoridades federales que frenen de inmediato la entrada sin control de maíz transgénico y exigió que se implementen políticas efectivas para proteger a los productores nacionales. También demandó que se transparenten los permisos de importación, señalando la necesidad de conocer quiénes están detrás de estas operaciones. “Queremos saber quiénes se benefician de esta competencia desleal y por qué se les está permitiendo dañar así al agro nacional”, reclamó.
Espinoza Lagunas destacó la importancia de que todo el maíz importado cumpla con las normas sanitarias y de etiquetado para proteger tanto la salud de los consumidores como la diversidad genética del maíz mexicano.
El llamado de los campesinos es claro: se requiere voluntad política urgente para defender al campo mexicano y evitar que más productores se vean forzados a abandonar sus tierras.
Especial-Julio César Caro-eitmedia.mx
