
Con la mirada puesta en recuperar espacios urbanos y fortalecer el vínculo entre la ciudad y su entorno natural, un grupo de estudiantes de la Universidad de Monterrey presentó una propuesta para reinventar la Plaza Acuario de Veracruz, actualmente en franco deterioro.
Isabel Aguilar Muslera, María Fernanda Lorenzo Contreras y Ana Luisa Salazar Lara encabezaron el proyecto titulado Acuariofilium, que busca convertir la plaza en un acuario de nueva generación, capaz de ofrecer experiencias educativas y ambientales, mientras responde a las necesidades sociales de la comunidad veracruzana.
“El concepto está arraigado a que sea un espacio de educación y fomentación; no son peceras, son hábitats naturales”, explicó Isabel Aguilar, quien junto con sus compañeras desarrolló la iniciativa como parte de su Proyecto de Evaluación Final en la carrera de Arquitectura.
Durante su investigación, las estudiantes detectaron daños estructurales graves en el edificio actual, muchos de ellos relacionados con la humedad y la salinidad del entorno costero. Aguilar detalló que “es muy probable que toda la estructura de acero del edificio ya esté corroída, se encuentran humedades, ya la pintura se ve mal, hay muchas grietas”.
La propuesta no solo contempla demoler el edificio existente, sino también aprovechar materiales reciclables y diseñar un nuevo espacio con principios de arquitectura sustentable. El proyecto apuesta por estructuras resistentes como el cobre, material que, al oxidarse, adquiere un tono azul similar al de la Estatua de la Libertad. “Proponemos hacer una cubierta de cobre, se oxida y termina siendo un color azuloso”, explicó la estudiante.
Los comerciantes de la zona también compartieron sus preocupaciones con el equipo de investigación. Según sus testimonios, la falta de mantenimiento y la ausencia de aire acondicionado contribuyeron al cierre de varios locales. “Nos han dicho que ya no existe el clima acondicionado, aquí en Veracruz es primordial, por la falta de mantenimiento, se cerraron muchísimos locales”, agregó Aguilar.
La propuesta busca abrir el espacio a la comunidad. “Actualmente, se encuentran muchos ambulantes en la zona y no tienen un espacio digno; lo que nosotras estamos haciendo es utilizar este sitio para abrirlo a la comunidad”, expresó. El diseño incluye un área pública con sombra, accesible para transeúntes y personas en situación de calle, así como un embarcadero para pescadores y lancheros que actualmente no cuentan con infraestructura adecuada. “Se propone generar un embarcadero para esta comunidad y las personas que no tienen un lugar para estacionarse en sus lanchas”, detalló.
El enfoque ecológico del proyecto es clave. Las estudiantes plantearon la integración de un centro de conservación marina y espacios para la repoblación de la tortuga golfina, una especie representativa de la región. “Se está pensando poner salas para que estas mismas se repueblen […] y la tortuga es la tortuga golfina”, explicó Aguilar.
El profesor Manuel Muñiz Pinzón, quien asesoró al equipo, destacó que Acuariofilium sobresale por su enfoque integral, tanto en lo social como en lo ambiental. “Su proceso de diseño destaca por el nivel de resolución, la sensibilidad contextual y la claridad conceptual, alcanzando un estándar gráfico y técnico comparable al de concursos internacionales de arquitectura”, sostuvo. Además, subrayó que la propuesta “responde a las condiciones físicas del sitio, las dinámicas sociales y la biodiversidad marina”.
Las egresadas consideran que Veracruz necesita urgentemente una transformación de este tipo. “Sí creemos que es un proyecto que hace muchísima falta”, afirmó Isabel Aguilar, quien junto con sus compañeras buscará acercar la propuesta a las autoridades correspondientes.
Acuariofilium no solo es un proyecto arquitectónico; es una invitación a repensar cómo las ciudades costeras pueden reconectarse con su entorno y abrir espacios para el aprendizaje, la convivencia y la conservación.
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